martes, 26 de enero de 2016

Noticias: Presentación de "Los últimos días de Trostki" en Librería Calambur (Barcelona)



Gracias a todos los que nos acompañasteis el pasado viernes 22 de enero a la presentación de Los últimos días de Trotski. Vivimos un momento literario único de la mano de José Manuel Lucía, Rosa Navarro y Pablo Moro.

Pablo Moro recitando los versos de Los últimos días de Trostki, de José Manuel Lucía Megías.

Entrevista: Juan Carlos Mestre en "La voz de Galicia"


Juan Carlos Mestre: «La poesía no es literatura; es, como dice Gamoneda, un proyecto espiritual»


Apela al poema como acto de construcción del lenguaje y rechaza el «artefacto decorativo que anima los festejos del habla»





El hijo del panadero cambió el pan por la poesía. «Para amasar había que madrugar mucho», bromeaba ayer Juan Carlos Mestre(Villafranca del Bierzo, 1957). El ganador del Premio Nacional de Poesía del 2009, con el poemario La casa roja, tiene claro que los causantes de su cambio fueron dos poetas, los dos Antonios: Gamoneda y Pereira. Mestre recitó anoche en A Coruña en el marco del ciclo Poetas Di(n)versos, junto con Miguel Mato Fondo (Ponteceso, 1953), poeta «e axitador cultural», decía Yolanda Castaño, anfitriona del encuentro celebrado en el Ágora. Mestre, con una amplia trayectoria como artista plástico, acompañó los versos con el acordeón.

¿Cómo afronta un recital?
Desde la perspectiva del azar. Lo primero es mirar a la gente, decirles: «¿A qué habéis venido?». En función de esa respuesta que te da el silencio uno intenta ser lo más discreto posible. Pertenezco a esa tribu de los que han renunciado a ejercer todo tipo de autoridad artística sobre los demás. Se piensa que la poesía nace del poeta y creo que es una de las grandes barbaridades extendidas por la cultura dominante. Para que un poema exista tiene que existir el poeta, sí, pero fundamentalmente el receptor, aquel que reconoce esas palabras como poemas. Para eso es necesario saber si en la sala hay gente que quiera ser poeta. Si solo están dispuestos a ser espectadores hay que llamar a un cantante.

¿«La poesía ha caído en desgracia» como titula un poemario?

Es un libro que escribí en plena juventud. Todo el pensamiento poético es, de alguna manera, un pensamiento paradójico. En algún momento de mi vida había creído que la poesía era un arma cargada de futuro, como pensaba Celaya. Hoy no me siento próximo a ese pensamiento. Creo que las metáforas bélicas no son necesarias para la poesía y que es un territorio en el que el poeta no debe tener ninguna alianza. Más que el poema se convierta en un ingeniero, o en un obrero, constructor de futuro, me bastaría con que se convirtiera en un testigo del presente, en un incómodo testigo del presente, que siguiera recordando para qué han sido hechas las palabras. Seguir recordando para qué fue hecha la palabra piedad, o misericordia. ¡Qué significa la palabra justicia! Eso está arrasado. Una bebida refrescante con burbujas se ha apropiado del discurso de la felicidad. Y no es así.

¿Se lee poca poesía?
-La poesía no está ahí para ser consumida como algo más, como un producto. La poesía ni tan siquiera es literatura; es, como dice el maestro Gamoneda, un proyecto espiritual, una manera de estar en el mundo. Y, dialécticamente, se opone a ser consumida.

Dice en uno de sus poemas: «Los poetas consumen su vida alrededor de viejas palabras».

-Sí, claro, las viejas palabras que siguen nombrando los grandes desafíos. No creo que haya ninguna otra aspiración más común al género humano que la aspiración a la felicidad... La poesía es una aliada en la construcción utópica del porvenir, por eso su alianza está con las viejas palabras que siguen recordando tres principios: igualdad, inocencia y felicidad.

¿Está con el grupo de escritores leoneses o con otros como Neruda, ya que estuvo en Chile?

-Conocí desde niño a dos poetas con los que me he formado literaria, espiritual y emocionalmente. Uno de ellos es Antonio Pereira y el otro es Antonio Gamoneda. Los traté desde los siete u ocho años y es posible que si no me hubiera encontrado con ellos me hubiera dedicado al destino natural que tenía en mi casa: hijo de un panadero, pues repartir panecillos por las calles del pueblo. Aunque mi poesía posiblemente no tenga una proximidad estética ni a la de Antonio Gamoneda, ni a la de Antonio Pereira, es deudora de su gran vocación moral, del concebir la poesía como un acto de construcción del lenguaje y no como un artefacto decorativo que anima los festejos del habla.
«En Villafranca, en la panadería, mis padres y mis abuelos hablaban siempre gallego»

Mestre duda ante la pregunta obvia de en qué proyecto anda metido: «No sé si contártelo», replica.

¿No se puede contar?

Sí. Es que nadie me ha preguntado específicamente. Acabo de sacar un libro con Monedero. Yo no soy de Podemos. Soy amigo de Monedero... y de otros.

-¿Es un libro de poemas?

No, es una reescritura sobre La Cenicienta, como la metáfora de España. Todo el mundo pregunta por eso y no hablo de lo mío

¿Y qué es lo suyo?

Mis abuelos maternos, lo Mestre, eran de Xinzo y Castro Caldelas, donde está la tumba de los Mestre. En la panadería de Villafranca mi padre y mis abuelos siempre hablaban gallego; yo hablaba gallego y mis primeros poemas los escribí en gallego, pero me fui a estudiar a Barcelona. Lo que era mi lengua materna, que debía ser el gallego, se fue alejando del hábito pero no de la fundación de un lugar de conciencia al que estoy intentando regresar. Y por eso mi próximo libro estará escrito en gallego. Lo tengo prácticamente terminado, pendiente de alguna corrección. Quiero tratarlo con el máximo respeto porque está escrito con el corazón pero no con el saber lingüístico. Me hace una tremenda ilusión.

Gamoneda es un afectado por las inspecciones de Hacienda a escritores, ¿qué le parece eso?

A mí no me sorprende. Hace muchos años Walter Benjamin, el gran pensador alemán, escribió un ensayo, para mí, sobrecogedor. En momentos como este uno entiende la profecía de Benjamin cuando dijo: el gran botín de los amos ya no son las plusvalías, el gran botín de los amos es la cultura. Hemos llegado al tiempo en que no son los dinerillos lo que nos quieren quitar, es la conciencia de lo que la poesía aporta al mundo: pero no podrán callar la capacidad de rebelión que tiene la poesía. Me parece un acto de Estado vergonzante.


Véase también en http://www.lavozdegalicia.es/noticia/literatura/2016/01/26/juan-carlos-mestre-poesia-literatura-dice-gamoneda-proyecto-espiritual/0003_201601G26P37991.htm

lunes, 25 de enero de 2016

Reseña: Los últimos días Trostki, de José Manuel Lucía, en El Cultural


Los últimos días de Trotsky

José Manuel Lucía Megías

Calambur. Madrid, 2015. 90 páginas, 10€

TÚA BLESA | 22/01/2016 |


Foto: José Manuel Lucía Megías. Blesa

En la mitología moderna, León Trotski, héroe de la Revolución que, cumpliendo la exigencia de lo heroico clásico, se hubo de enfrentar a poderes extraordinarios: el régimen zarista, primero, y, después, y sobre todo, a Stalin, el Zar rojo, el Sepulturero de la Revolución, como aquí se le nombra. Haciendo partir de una visita a la última casa en que vivió el político en Coyoacán, tal como se hace saber en el poema final, José Manuel Lucía Megías (Ibiza, 1967), autor de varios libros de poesía muy singular y reconocido estudioso de la literatura, presenta un libro que insiste en la diversidad que caracteriza a su obra. Visita que es toda una iluminación; "en este instante, la vida cobra todo su sentido".

Trotski, pues, como personaje de los poemas que se yergue para tomar la palabra en la mayoría de los textos y narrar, poéticamente, su sueño revolucionario, la revolución traicionada, las persecuciones y exilios que hubo de sufrir, su amor por Natalia, la redención de todos los peligros y penalidades, en fin, su vida. Lenin, Stalin, otros revolucionarios que serían eliminados como él, Diego Rivera y Frida Kahlo y, cómo no, Ramón Mercader, el ejecutor, van apareciendo en su voz. Un relato que es, sobre todo, el de la vejez, el de la soledad a la que los hechos lo condujeron y, pese a todo, el de la fe inextinguible en unos ideales que ve desmoronarse. Y está la cuestión de hasta qué punto algo de lo que Trotski (se) dice no tiene vigencia hoy: "Vivimos un tiempo gris,/ el gris de la prostitución de las palabras,/ donde todo vale y nada de lo que vale importa".

Para todo ello, Lucía Mejías se sirve del verso libre que en ocasiones se hace versículo de considerable extensión, vehículo apropiado para lo discursivo y aun a momentos narrativo y un
registro lingüístico adecuado, que dan en un libro de todo interés.




Véase también en: http://www.elcultural.com/revista/letras/Los-ultimos-dias-de-Trotsky/37533

viernes, 22 de enero de 2016

Reseña: La casa roja, de Juan Carlos Mestre, Premio Nacional de Poesía


LEÍDO: La casa roja, de Juan Carlos Mestre

No conozco a Juan Carlos Mestre más que por amigos comunes, amigos de procedencias ideológicas y estéticas muy dispares. Todos ellos coinciden en su carácter generoso. Tendré que creérmelo cuando el abanico entero de testigos afirma lo mismo.
Por esta obra fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía en 2009, y no me extraña. Tiene para todos y no flaquea: humor judío, humor político, humor poético, interculturalidad natural, culturalismo nada forzado, reivindicación y constatación de un surrealismo hipercreativo. Y lo más importante para mí: Mestre sabe perfectamente que la poesía es JUEGO y FUEGO.

Tras la lectura de La casa roja tengo clarísimo algo: mi deseo de que Juan Carlos Mestre sea presidente del Gobierno de España.


miércoles, 20 de enero de 2016

Novedades: Poetas españoles del siglo XXI. Aproximaciones al mapa poético actual




Nace Selecta Philologica, la nueva colección de Calambur que abre un nuevo horizonte editorial para profesores, estudiantes de distintos niveles universitarios y lectores con específicos intereses culturales y literarios: una nueva tarima donde se podrán consultar estudios innovadores, hechos desde el rigor académico, desde la profundidad investigadora y con un afán incuestionable de superar las fronteras— definitivamente— entre los espacios académicos europeos, norteamericanos y latinoamericanos.

Calambur inicia esta colección con un estudio de la poesía española actual con Poetas del siglo XXI. Aproximaciones al mapa poético actual, del catedrático Francisco Javier Díez de Revenga.




Reseña: El día anterior al momento de quererle, Concha García


El día anterior al momento de quererle



En Mundiario mi reseña sobre una vida, un poemario de Concha García.







El día anterior al momento de quererle, de Concha García.



El poemario de Concha García, El día anterior al momento de quererle, publicado en Calambur, en 2013, profundiza en la memoria como un espacio transitable donde la juventud y la madurez se confunden, donde no existe la nitidez entre lo que ha sido encantador, deliciosamente vivido, con aquellos momentos traumáticos, llenos de aspereza y de frustración. Como se puede revisar también en obras anteriores, la autora busca esa frontera intermedia donde la vida no es juzgada, sino contemplada como una fuerza inasible a la que no podemos renunciar y a la que no podemos increpar para que las tornas cambien: "Unos seres que se repiten/ en el tiempo, una serpiente/ espalda abajo que se ausenta/ de los momentos felices y aparece/ cuando la derrota es previsible" (pág. 65).

Lo que siempre me ha cautivado de la poesía de Concha García es esa manera aparentemente sencilla de reflexionar sobre los problemas existenciales, puesto que es cierto que su estilo no es excesivamente abigarrado, pero su sintaxis y la riqueza conceptual que en ella se incluye inciden en ese eterno debate entre el yo y su alteridad. Alrededor de la pérdida, alrededor del miedo a morir, giran esos fantasmas errantes que son quienes habitan la casa, las habitaciones, los recodos, los espacios en los que la ausencia se hace visible.

Los objetos, los detalles mínimos y los recuerdos repetidos son rasgos de ese mundo personal que Concha García prevé dentro de los límites de su escritura. La vida como experiencia del recuerdo tiene las mismas demarcaciones que la literatura, erráticas, confusas, pero hipnóticas: "Cuando lees: solía tejer guirnaldas/ lo que te llega/ no pertenece a tu tiempo./ No es real ¿sabes?/ potencia de pensamiento/ que forma solo/ imágenes aproximadas/ de la dulzura/ que te habita" (pág. 13). La ausencia de quienes han completado nuestra existencia, el reproche a quien no va a respondernos y el dolor contenido ante la inminencia de experiencias inevitables construyen toda una poética donde el amor no es idealizado, sino que son los idealismos los que han destruido la continuidad del afecto entre nosotros: "Ayer, entre las cosas que tiro,/ fotos, papeles, ropa, llovían plazoletas/ donde estuve hace tiempo,/ los singulares rostros de arcángeles/ que bordeaban algunas fuentes blancas/ transitaban conmigo en el anterior día/ de la tristeza" (pág. 35).

Quizá la autora busca en el recuerdo de la ausencia ese momento de la controversia que todo creador necesita para reflexionar sobre sí mismo, en la solitud, como describe Hannah Arendt. No hay otro fin que perseverar por perseverar, sentir ese tiempo que se va rápida y silenciosamente. Es inevitable que el lenguaje sobreviva a tantas acciones que apenas recordamos, pero que con voluntad van marcando de cicatrices nuestra piel. Lo que el poema entona es el instante, una acción simbólica que repercute en todo lo que somos: "Ella se desnuda, siente la tibia/ temperatura del alba en un/ alegre balanceo que provoca/ una sombra perfectamente enlazada/ a otro cuerpo." (pág. 38).



Gracias, Concha, por tus consejos.






Véase en http://luzdelosescombros.blogspot.com.es/2015/01/el-dia-anterior-al-momento-de-quererle.html

jueves, 7 de enero de 2016

Reseña: El héroe que fue al infierno y escuchó que cantaban allí su epopeya, por Xaverio Ballester. Liburna, 8, noviembre 2015

Safiatou Amadou y José Manuel Pedrosa, El héroe que fue al infierno y escuchó que cantaban allí su epopeya, Calambur Narrativa, Madrid 2014, 263 pp.

Con estos, como reza el subtítulo de la obra, Cantos épicos del pueblo djerma de Níger siguen Pedrosa y sus colaboradores obsequiándonos un variado panorama de las tradiciones artísticas verbales de todo el orbe. Impresiona, en este caso, constatar la realidad ―que por desgracia ya no vitalidad― de esta preliteratura con su casta de rapsodas que tan solo acompañados de su moolo o tricorde lira se dedican todavía hoy a cantar las hazañas de los jefes tribales y a entretener y deleitar al público en general con el ingenio de sus acordes, dicción, gesto, inventiva y memoria. Impresiona constatar los paralelismos que los autores llegan a establecer, por ejemplo, entre algunas de estas epopeyas y no pocos pormenores ―ahí es nada― de la Odisea del vate Homero. Constatar impresiona asimismo que verbigracia en remotos condados célticos de las húmedas Islas Británicas puedan escucharse en realidad variantes del mismo tradicional cuento que encontramos en la árida Níger a propósito del origen de los jasarey u homeros de este pueblo radicado fundamentalmente en Níger y conocido también bajo los etnónimos de zarma, zerma y otros. Se sabe que los cuentos viajan tanto como los chistes ―otra sui generis tradición oral― y las azafatas, pero sólo en época reciente hemos comenzado a preguntarnos más concretamente cómo. Dentro de la general disciplina de lo que algunos especialistas llaman ya Paleoetnología y consistente en la reconstrucción de los orígenes de las diversas tradiciones etnográficas, inquieta la posibilidad de certificar que muchas de esas tradiciones, bajo variantes más o menos próximas pero aún reconocibles y documentadas a veces por los cinco continentes, hayan salido en realidad de un arcón ancestralísimo y que con el éxodo desde África del hombre anatómicamente moderno o sapiens sapiens en el Paleolítico Superior pudieran haberse extendido por todo nuestro planeta. Si así fue[ra], el folclore de África ―mayormente aún vivo, pero que urge recoger y estudiar antes de que definitivamente se contamine o desaparezca― está destinado a conformar una de las más decisivas respuestas a ese desafío que actualmente afrontamos de identificar aquel tan ancestral fondo común ―detectable sobre todo en los pequeños y singulares detalles― de nuestros cuentos y leyendas o, mejor, oyendas. Enhorabuena a los autores, a ella y él, por esta obra magnífica en lo ético y en lo estético, en lo histórico y en lo literario, enhorabuena por su coraje, gusto y sabiduría.

lunes, 4 de enero de 2016

Reseña: La bicicleta del panadero, de Juan Carlos Mestre

Juan Carlos Mestre: La pregonera



2015



“Quizá solo hayan venido a recordarte que la dignidad
es el prójimo…”

JCM

“La pregonera”

Se buscan desertores y en la coleta de los chinos
comienzan a ladrar los perros del escarmiento.
Hay actitudes incompatibles con el caracol descalzo
una platea de mujeres donde el herrerillo prepara la cena.
Por este orden se suceden los acontecimientos:
a / en la pradera las novias desentierran sus camas
b / lo que escuchas es cuanto nos llega desde fuera del mundo.
No haya allí piedras de las que sospechar ni hermanos mellizos
todos los pájaros ya han llegado a su destino
y la vida y la muerte entran en los ojos tal cual se escucha un grillo.
No exactamente igual pero en definitiva
de manera semejante a un clavo en la madera podrida
entra el por favor de la gramática en las lenguas muertas.
Los perros que comenzaron a ladrar en el verso segundo
reaparecerán miles de años después metamorfoseados en greda.
La luna pasa con su aro rayando la pizarra terrestre
y pequeña o no esa sigue siendo la causa de las motivaciones
cuando la pregonera sin nombre posa la delicadeza de su noche
en la vida.

Juan Carlos Mestre

De: La bicicleta del panadero
Ed. Calambur, 2012©
ISBN: 9788483592380

Véase también en http://trianarts.com/juan-carlos-mestre-la-pregonera/

Reseña: Bibliotecas y librerías en el España de Carlos V en el blog de la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Bibliotecas y librerías en la España de Carlos V







Publicado por Calambur, Bibliotecas y librerías en la España de Carlos V es un libro dedicado a una revolución de colosales dimensiones en el ámbito literario: “Durante la primera centuria desde la aparición del libro de molde se producen una serie de transformaciones en lo referente a la posesión del libro que, con toda la razón, debido a su trascendencia, se han venido denominando tradicionalmente como revolución”.

La obra se enmarca en los trabajos del grupo I+D De las bibliotecas particulares al canon literario en los Siglos de Oro, dirigido por José María Díez Borque (catedrático de la Universidad Complutense de Madrid) y nacido con la voluntad de abrirse a la colaboración de diversos especialistas. La abundante documentación surgida del trabajo de este grupo se pondrá en breve a disposición de los investigadores e interesados en www.bibliotecasparticulares.es.

Veáse también en http://blog.cervantesvirtual.com/calambur-publica-bibliotecas-y-librerias-en-la-espana-de-carlos-v/

Reseña: Cervantes y Lope. Vidas paralelas, en el Donoso Escrutinio


Vidas paralelas de Cervantes y Lope
Publicado en diciembre 4, 2015 por acervantistas






Entre las muchas novedades bibliográficas cervantinas de este año santo de 2015, ocupan un lugar muy especial las biografías que Mary Shelley dedicó a Cervantes y Lope, ahora traducidas y editadas para todos los públicos gracias al trabajo de Antonio Sánchez Jiménez. Este importante título, además, inaugura la colección Textos desatados de Calambur.

¿Qué más se puede pedir?


Mary Shelley, Cervantes y Lope: vidas paralelas, ed. A. Sánchez Jiménez, Barcelona, Calambur, 2015. ISBN: 978-84-8359-361-5

Véase también en https://eldonosoescrutinio.wordpress.com/2015/12/04/vidas-paralelas-de-cervantes-y-lope/

Reseña: Himnos craquelados, de Jorge Riechmann, en Babelia


Poesía del hoy y del ahora


El compromiso social alcanza altura poética en Himnos craquelados, de Jorge Riechmann







La conciencia histórica y el compromiso con el presente alcanzan expresión en la escritura de Jorge Riechmann (Madrid, 1962). Es Jenaro Talens quien, a propósito de Espronceda, explica que la presencia de lo que es “exterior” al espacio del poema, se hace parte esencial del discurso poético, de tal modo que el poema no sería más que una de las partes que dialécticamente constituyen ese espacio. El convencimiento de que el lenguaje, y nosotros mismos, no puede ser transformado sin que antes lo sea la sociedad que lo produjo, es lo que convierte la escritura, recíproca y simultáneamente, en escritura política, donde la práctica poética y la práctica vital no son sino las dos caras de una experiencia unitaria y común.

A las recientes reflexiones de libros como Ahí es nada (2014) y Fracasar mejor (2013), de ensayos como Autoconstrucción (2015) y de los poemas de Historias del señor W. (2014), se suma la poesía productora de mundo de Himnos craquelados: himnos en tanto se identifican con una colectividad y se articulan en relación dialéctica con los otros, “Se desaloja el ego / y hay sitio para el mundo iluminado”; y craquelados, no sólo como reflejo de una sociedad fracturada y agrietada, “el cosmos entero y quebrado y disperso y recompuesto”, sino también en la aceptación de que el lenguaje y el poema son resultado de un trabajo que además de ser producto de la realidad, es una práctica, una forma (posible) de intervención y participación en el presente de lo real cotidiano: “Como otros arrojan las tabas o los dados / yo arrojo las palabras / y escruto las figuras que forman / buscando una verdad”. Una poesía del nosotros, de los otros, que hace “Saber que el espejo que de verdad cuenta / es el rostro del otro: // los rostros múltiples y singulares y anónimos / de la tercera historia de la humanidad”.

Poemas que, a partir de los “206 huesos” del cuerpo humano; las “36 muelas y dientes” con que nacemos; y los órganos, “Las vísceras de la piedad”, que nos constituyen, dan cuenta de la crudeza de la vida en su estructura tripartita, creando “Santas interrupciones / que abren / el espacio del pensar / y de la vida”, desde la política, la ecología, la economía, los sueños, los homenajes y las elegías, el amor o la muerte. Eso que unos llaman crisis y otros “lucha de clases”, intentos de “que sea dicho / lo que ha de decirse y nadie dice”. Son “Testimonios concretos de materialidad” donde Riechmann recoge “las astillas / las briznas / los fragmentos” donde se recibe y se devuelve la luz a “nuestra sangrienta desnudez”.

Nicanor Parra señalaba que, a partir de sus Odas elementales, Neruda no sólo fue capaz de dar el paso del yo al nosotros, sino que inauguró una “poesía para después de la revolución”. Más allá, lo que Jorge Riechmann logra es la revolución de una poesía del hoy y del ahora: “Frente a lo que hay / una delgada esperanza / contrafáctica”.

Himnos craquelados. Jorge Riechmann. Barcelona. Calambur, 2015. 209 páginas. 18 euros

Véase en http://cultura.elpais.com/cultura/2015/11/19/babelia/1447935750_878746.html

Novedades: Nace textos desatados, la nueva colección de Calambur

Nace Textos desatados, la nueva colección de Calambur bajo el auspicio del profesor y crítico literario Domingo Ródenas de Moya, con un texto inédito en español de la genial Mary Shelley: Cervantes y Lope. Vidas paralelas, edición a cargo de Antonio Sánchez Jiménez.



Reseña: Cuba y la guerra civil española, por Milena Rodríguez


Reseña de Milena Rodríguez Gutiérrez, en la revista LETRAL

foto de Jesús García Latorre,
http://wdb.ugr.es/~milena/



Desde hace varios años, un equipo de investigadores dirigido por el profesor de la Universidad Complutense Niall Binns viene trabajando en un valioso proyecto: rastrear la memoria y el papel de los intelectuales hispanoamericanos en la guerra civil española. Se trata de un proyecto muy ambicioso, pues Binns y su equipo se han propuesto no sólo una aproximación de conjunto a este tema, sino, sobre todo, un recorrido particular, profundo y detallado por cada uno de los países hispanoamericanos. Resultado de esta investigación ha sido la edición de varios volúmenes que recogen los documentos escritos en diversos países: Ecuador, Chile, Perú y Argentina, publicados en la editorial Calambur, dentro de la colección “Hispanoamérica y la Guerra Civil española”, creada por el propio Binns.



Este año, Binns, junto a Jesús Cano y Ana Casado, acaba de editar el volumen correspondiente a Cuba. Se trata de una edición de casi 800 páginas, dedicada a uno de los países hispanoamericanos con mayor presencia e implicación en la contienda española, sobre el que escriben los propios editores: “de ningún país de América Latina llegaron tantos voluntarios a la guerra civil como de Cuba [más de mil, se indica en otro lugar]; en ninguno, quizás, se viviera el conflicto español con tanta pasión, y en ninguno se ha mantenido tan viva la memoria de esa guerra”. El volumen cuenta con una extensa introducción que lleva a cabo una labor loable: situar el complejo contexto histórico‑político de Cuba durante los años previos a la guerra, describir la amplia comunidad de españoles residentes en la isla en esas fechas, y ofrecer un balance de las dos posiciones mantenidas por los intelectuales: la defensa de la República, o el apoyo al franquismo. A continuación se recogen los escritos de autores individuales y, también, editoriales u otros documentos de las publicaciones cubanas de la época que dedicaron una atención sostenida a este acontecimiento histórico, como las revistas Bohemia y Mediodía o el periódico Pueblo.



Los editores no se limitan a reproducir los documentos, sino que los acompañan de notas eruditas, en las que ofrecen una amplia y muy documentada presentación de los autores y materiales recogidos. Estamos ante un libro donde el protagonismo lo tienen los textos y documentos, y en el que, siguiendo la perspectiva de los estudios culturales, se han incluido, junto a los específicamente literarios, documentos periodísticos, o incluso otros cuyo valor reside en su carácter histórico. Esta circunstancia confiere al volumen una gran riqueza y permite a los editores trazar un panorama muy completo en torno a las posiciones de la intelectualidad cubana del momento, entendida en su sentido amplio. Aquí están, desde luego, los intelectuales cubanos que más reflexionaron en torno a la guerra civil española y se posicionaron en defensa de la República (Carpentier, Guillén, Marinello, Pablo de la Torriente Brau, Chacón y Calvo, Carlos Montenegro, Lino Novás Calvo, Mirta Aguirre, Teté Casuso); pero también otros, cuyos escritos resultan mucho menos conocidos, como Virgilio Piñera, Emilio Ballagas, Gastón Baquero, Jorge Mañach, Fernando Ortiz o Fina García Marruz. Junto a ellos, figuran los propios voluntarios (Policarpo Candón), o figuras políticas (Fulgencio Batista o Eduardo Chibás), o los hispano-cubanos o exiliados españoles residentes en la isla que dieron a conocer sus posturas políticas en publicaciones cubanas (Luis Amado Blanco, Alberto Bayo, Manuel Millares Vázquez). Volviendo a los textos, habría que decir que estos abarcan casi todos los géneros literarios y muchas tipologías discursivas: la poesía, la epístola, el relato, el artículo periodístico, la novela, el teatro, el discurso político, la crónica, la entrevista, el diario, la canción, el manifiesto, la alocución radial, y hasta la encuesta y el telegrama; aunque predominan los artículos periodísticos y los poemas. A pesar de la extensión del volumen, la abundancia del material no permitió a los editores recoger todos los documentos existentes, por lo que en numerosos casos, los documentos que se reproducen constituyen sólo una muestra de lo escrito sobre este asunto por un determinado autor. La diversidad de aristas que contemplan los documentos es también notable; encontramos, por ejemplo, el lamento por la muerte de un amigo; la denuncia de los horrores de la guerra, donde la inocencia y el sufrimiento de las víctimas infantiles ocupa un lugar central; la arenga o el panfleto en apoyo de uno u otro bando; la exhortación a la ayuda material al pueblo español; la descripción de la dramática situación en ciudades como Madrid o Barcelona; o el homenaje a Federico García Lorca (casi un subgénero entre los materiales recopilados), a Antonio Machado, a Miguel Hernández o a León Felipe.




Numerosos hechos que nos dan a conocer estas páginas ejemplifican inequívocamente esa pasión cubana ante el conflicto a la que se refieren los autores del volumen. Menciono dos: la labor de la denominada Asociación de Auxilio al Niño del Pueblo Español (que va apareciendo una y otra vez a lo largo del estudio), que funcionó en Cuba desde 1937 a 1939, y cuyo órgano oficial fue la revista ¡Ayuda!; una asociación que llegó a tener 300 mil socios en la isla y que creó en Sitges, en 1938, con sus propios fondos, un refugio para niños, la Casa-Escuela “Pueblo de Cuba”. O la encuesta que llevó a cabo la revista semanalBohemia durante varios meses de 1937 y que entregó una “Boleta de las Simpatías en la Guerra de España”, donde los lectores debían elegir, marcando con una cruz, si se sentían afines a los “Leales” o a los “Rebeldes”, y en la que añadían también comentarios; una encuesta que llegó a asombrar y a desbordar a los editores de la revista por la enorme cantidad de respuestas recibidas, que llegaron a ocupar hasta ocho páginas de la publicación, y en la que fueron mayoritarias las simpatías hacia los “Leales”.




Estamos, sin duda, ante una investigación rigurosa y ante un aporte de gran valor y utilidad en diversas direcciones: la contribución a la documentación en torno a la Guerra Civil; pero también a la historia de Cuba y del pensamiento en la isla, no sólo alrededor de la contienda española, sino de la propia idea de España. Entre otras reflexiones, la lectura de estos documentos nos hace preguntarnos por las causas de la “pasión cubana” ante el conflicto. Y la respuesta, creo, no es sólo una. Influyó la frustrante situación política en la isla, que hizo poner las energías en otras latitudes. Pero también ofrece algunas claves el poeta Emilio Ballagas en su artículo dedicado a León Felipe; texto que me hace recordar el espléndido ensayo de Moreno Fraginals Cuba/ España. España/Cuba que, aunque no se centra en este período histórico, proporciona, acaso como pocos libros, numerosos elementos para explicar las relaciones entre ambos países. Dice Ballagas: “España nos conquista ya por la tragedia de su pueblo ejemplar y por el amor de sus mejores hombres. Una conquista sin la espada y sin ese revés de la cruz que ocupa el Diablo”.


Para seguir leyendo, véase revista LETRAL, nº 15 (2015).

Reseña: Perú y la guerra civil española, por Julio Isla Jiménez

Esta reseña fue publicada en el nº 6 de la revista peruana LUCERNA. REVISTA DE LITERATURA, en diciembre de 2014.


En los conflictos bélicos en los que una nación ataca a otra para apropiarse de sus recursos o de su territorio no existe, por lo general, mayores problemas para identificar al agresor y al agredido y saber de qué lado se encuentra la justicia. Pero las cosas no resultan tan claras en el caso de las guerras civiles. Al tratarse de una "disputa de familia" en la que se enfrentan bandos que comparten una historia, una lengua y un territorio comunes –y seguirán compartiéndolos al final de las hostilidades–, se hace más difícil comprender el origen y las causas que empujan a la lucha fratricida y determinar quiénes son las víctimas y los victimarios. Como la guerra civil se produce no por meras diferencias ideológicas, sino como resultado de tensiones sociales largamente acumuladas cuya resolución, al no poder alcanzarse por la vía política, deben dirimirse por las de hecho, involucra a la sociedad entera, acentuando sus divisiones y polarizando en grado extremo las facciones en conflicto. Y aunque ambas guerras, la externa y la interna trastornan profundamente a las naciones, el trauma colectivo por excelencia lo constituye, como señala Peter Waldmann, la guerra civil, ya que tiene su origen en la ruptura de la cohesión interna de la sociedad y puede derivar incluso en su disolución.

Por ello, por tratarse de un fenómeno difícil de comprender y porque sus efectos se prolongan muchos años después de terminado el conflicto, siempre será útil toda aproximación que nos ayude a entender las razones y sinrazones que lo originaron. Y no hay mejor material de reflexión que el cotejo de documentos de la época en que se plasmaron las diversas reacciones generadas por la guerra. Este es el propósito que inspira Perú y la guerra civil española. La voz de los intelectuales (Madrid, 2013), tercer volumen de la colección “Hispanoamérica y la guerra civil española”, proyecto editorial que, como ya indica su título, busca documentar las manifestaciones artísticas e intelectuales que el conflicto ibérico (1936-1939) suscitó en los escritores de nuestro país. Como se encarga de mostrar Olga Muñoz, autora del prólogo y de la edición y recopilación de los textos, el curso de los acontecimientos de la guerra fue seguido con el más vivo interés por los intelectuales peruanos, que vieron en el destino de España, un reflejo de lo que sería la situación política nacional de triunfar uno u otro de los bandos enfrentados.


Por ello, la guerra tuvo en el Perú el efecto de exacerbar las tensiones que ya se vivían desde hace décadas y de partir las aguas de la intelectualidad peruana en dos frentes irreconciliables: los que defendieron la República y los que hicieron lo propio con la causa nacionalista. El libro otorga una amplia cobertura a ambas posiciones y lo primero que salta a la vista es que, a pesar de que posturas de apoyo como la de César Vallejo alcanzaron una resonancia ética y estética universales, y de que las producciones artísticas más logradas estuvieron inspiradas por los ideales de la República, la actitud más generalizada entre la intelectualidad peruana fue la de ver en el triunfo del fascismo español una consolidación de los valores tradicionales hispánicos enarbolados por los sectores peruanos más conservadores.
Como se puede comprobar a través de las múltiples editoriales recogidas en este volumen, esta fue la posición casi unánime de la prensa peruana y de la mayoría de escritores e intelectuales cercanos al poder. La minoritaria postura disidente, debido al clima represivo que asfixiaba toda muestra de simpatía hacia la causa republicana, tuvo que expresarse desde la clandestinidad o el exilio. Es paradigmático el caso del boletín del Comité de Amigos de la República Española (CADRE), editado por Manuel Moreno Jimeno, Emilio Adolfo Westphalen y César Moro y publicado de manera anónima, cuyas cuatro ediciones conocidas Muñoz incorpora en su totalidad. En el lado republicano destacan, asimismo, los aportes de Xavier Abril, Luis Alberto Sánchez, Magda Portal, entre otros. En el volumen, la parte del león se la lleva, como era de esperarse, César Vallejo, no solo con España, aparta de mí esta cáliz, incluido en su integridad, sino con cartas, discursos y manifiestos en los que el poeta peruano manifiesta su adhesión sin reservas a la causa republicana. Y aunque, como recuerda la autora, los intelectuales peruanos partidarios del nacionalismo español carecieron de

figuras del talento y de la talla de los que apoyaron a la República, no fueron menos activos ni entusiastas en promover la causa del franquismo en el Perú, ya sea pergeñando indigestos poemas de circunstancias que hoy no tienen mayor valor que el documental, ya sea a través de reflexiones no menos sinceras que las de sus pares republicanos, como es el caso de los escritos de Felipe Sassone y de José de la Riva-Agüero.


Más allá de su indudable valor bibliográfico –al poner en circulación textos de otro modo inaccesibles– un volumen y un proyecto como este adquieren una significación que va más allá de lo histórico y lo literario. Desde el punto de vista de los directamente involucrados en la guerra, sirve al mismo tiempo como ejercicio de la memoria y material para la refl exión y el debate para que una calamidad como aquella no vuelva jamás a repetirse. Desde nuestra orilla, los testimonios aquí recopilados nos sirven para comprobar el gran sentido de solidaridad que un puñado de intelectuales peruanos fue capaz de expresar, en su hora más crítica, por aquella nación con la que tantos lazos históricos nos unen y de la que tanto nos habíamos distanciado.

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