martes, 20 de enero de 2015

Reseñas: Cantos : & : Ucronías, de Miguel Ángel Muñoz Sanjuán, en La poesía que leo (y me gusta)

CANTOS : & : UCRONÍAS de Miguel Ángel Muñoz Sanjuán
Blog La poesía que leo (y me gusta), 3/11/2014

Este libro de poesía de Miguel Ángel Muñoz Sanjuán es uno de los libros más bellos que he leído en los últimos tiempos, y leo mucha poesía normalmente.

Debo confesar que no conocía a Miguel Ángel ni le había leído nunca, y para mí ha sido un gran descubrimiento, ahora que tantas editoriales publican libros que más que libros de poesía parecen de prosa mala.
 

La misma portada –plagada de signos– nos remite al título, a aquellos acontecimientos que no sucedieron pero que hubieran podido suceder. Asimismo, los signos nos sumen en un universo físico que acompañará a los pequeños títulos de cada poema después del número del mismo y de los dos puntos, antes del título puesto entre corchetes, siendo así referencia de cada poema. Posteriormente y a lo largo de los poemas, en cada uno de ellos, Miguel Ángel juega con la puntuación y con su significado.

El libro está dividido en dos ciclos: el primero es cóncavo, el segundo, convexo.

La afirmación que voy a hacer ahora es mi lectura, que puede ser totalmente errónea. Interpretar lo que el poeta ha querido decir es siempre arriesgado, sobre todo si es un poemario vanguardista, onírico, en el cual los conceptos son a veces oscuros y siempre simbólicos.

El círculo cóncavo se refiere a la muerte. Está lleno de referencias sobre el tánatos, tantas, que no las quiero transcribir porque podría rellenar lo que queda del folio sólo copiando versos de los poemas, que por cierto son poemas en prosa.
La muerte, vivida con angustia, vivida como tragedia, impregna esta primera parte del poemario que es como una herida –pero la herida es la vida, no la muerte– y como si ese final –seguro para todos nosotros– tuviera también –y al final el poeta se la reconoce– una parte de belleza.

El círculo convexo se refiere a la palabra. Las dudas o mejor dicho la incertidumbre sobre la existencia o la inexistencia de Dios, ese destino fatal que es la muerte segura, lo podemos sortear mediante el verbo, mediante el idioma, mediante la lengua.
Quizá la palabra sea la forma más trascendente que tiene el hombre para comunicarse, para aliviar esa soledad que inevitablemente sentimos.

Este libro de poemas es un libro de conceptos: conceptos que los titulan y que se ven desarrollados por otros conceptos, con referencias egipcias, bíblicas y una potente presencia de los gatos, sobre todo en la primera parte.

El tú al que se refiere el poeta debo confesar que me desconcierta. ¿Es la amada, quizá, a la que van dirigidos los poemas? ¿Sería en este caso un libro de amor? No lo sé y por ello nada puedo afirmar.

Pero desde luego sí puedo decir que es un poemario en la que las referencias son constantes, que pide un esfuerzo al lector para poder entrar en este mundo que se nos ofrece con tanta generosidad, en este mundo hermoso, bien armado, bien estructurado, en el que las lecturas pueden ser miles, en el que más de una vez vas al diccionario a buscar palabras, palabras que a veces el poeta inventa, como álbeas, por ejemplo, y no es la única.

Miguel Ángel nos pide un pequeño esfuerzo. Soledad, silencio y unos poemas cultivados, cultos, llenos de sangre, guerra y muerte, y que nos deja la esperanza de que al fin la palabra llegue a salvarnos de buena parte del dolor.



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