viernes, 30 de mayo de 2014

Reseña: Lo que dejó la lluvia, de José Antonio Zambrano, en El Digital de Madrid

Lo que dejó la lluvia, de José Antonio Zambrano
Por Alonso Guerrero

El digital de Madrid, 5/05/2014

El pasado, y el futuro, son los territorios preferidos de la poesía. Nadie dudaría de esta afirmación. Toda la tradición a nuestro alcance la respalda. La poesía acuña mensajes permanentes cuando el poeta, convenientemente inspirado desde su presente, ha mirado hacia atrás o hacia adelante. Ambas miradas son siempre modos de nostalgia. En cambio, cuando la poesía se ha quedado en el presente, o el carácter de los poetas no ha podido escapar de él, el resultado suele adquirir extraños nombres: vitalismo, por ejemplo. Safo, o Sylvia Plath nunca miraron al pasado, ni pensaron en el tempus fugit; Szymborska, la poetisa polaca (a quien Zambrano cita -Así, por obra del azar, soy y miro- al comienzo de la tercera parte de Lo que dejó la lluvia), solía considerar que el presente es la vida, y que de los demás tiempos ni siquiera con la cultura puede construirse una maqueta. Lo que dejó la lluvia, el libro de José A. Zambrano recientemente publicado por Calambur, nos proporciona la visión de un cambio que han experimentado muy pocos poetas: Yeats, Rilke, Pasolini... No se trata de un mero cambio de punto de vista, pues todo punto de vista es vicario, irrelevante, sino de la aceptación vital de que sólo escribir desde el presente, y sobre el presente, procura al poeta un contacto verdadero con la verdad. En todos los poetas citados, a los que ahora hay que añadir a Zambrano, el pasado aparece como un conjunto de hechos, no como una playa en que el oleaje nos trae los recuerdos y, con el propio movimiento de la resaca, se lleva los trozos que ya hemos concedido a la muerte. El pasado deja de ser una escultura de la nostalgia, una escultura casi parnasiana, y se vuelve una herramienta para ver, construir y presentir lo que se siente y lo que se escribe. No es casual que Zambrano recurra, una vez más, a Edinda, una figura cálida de mujer a la que se ama y con la que se dialoga. El poeta la rescata porque, de nuevo, la necesita, como si quisiera decirnos que ya no es posible escribir poesía reflexionando, sino manteniendo una conversación. Ya la inspiración tiene que hacerse eco.

Este cambio no es brusco, sino -da la impresión- impuesto por la vida, precisamente por el tiempo. Si es así, sobre todo hablando de José A. Zambrano, su poesía ha de contenerlo hasta las últimas consecuencias. El presente que Zambrano ha descubierto, es vital, pero no metafísico. Va más allá: es ontológico. En Lo que dejó la lluvia no abandona sus temas, sus poéticas, su revisión continua de lo que la escritura debe contener y lo que ha de quedar fuera de ella, aunque hay algo en las referencias, en las fuentes que aparecen, que plantea nuevas preguntas sobre el ser. Sigo así, existencial y absorto a todo, declara en el poema titulado De otra manera. No se trata ya de la búsqueda de las certezas, una búsqueda que siempre ha obsesionado a Zambrano, sino de un impostergable y definitivo encuentro con ellas. Más que con las certezas, con la verdad. Las certezas cambian, la verdad, como decía Machado, es igual se diga al derecho o al revés. Es lo que parece que ha hecho Zambrano, darles la vuelta, a las certezas y a la verdad, mirarlas pensativo igual que si mirara su epitafio. Todo poeta es machadiano cuando llega a esa verdad, incluido el propio Machado, que sólo llegó a ser machadiano con aquellos cielos azules y aquel sol de la infancia. Escribo útilmente para el olvido, verso contenido en “Nada serio”, es una declaración seria en sí misma, ontológica, un juicio sobre el oficio y sobre el ser y, sin embargo, atado a la picota de eseútilmente. La palabra trabaja en su propia disolución, en definitiva. Es lo más concluyente en el libro: sólo pertenecemos al presente, a una cronología aislada y enormemente sentimental en la que nos movemos, la única que valida cualquier palabra con propósito de verdad. Sin embargo, el tiempo, como instrumento que acumula un aprendizaje ineludible, sigue teniendo la clave: lo que enseñan los años:/ que hay sólo una verdad,/ lo demás es la niebla. Vivimos con la conciencia de que esa verdad se nos escapa, pero parte de lo que la poesía utiliza como instrumento sólo sirve para buscar quimeras. Zambrano sabe que el presente empieza a fundirse con el futuro -igual que un río que pierde su memoria/ y va a otro río-, y ese futuro sólo puede ser la obra. El último poema del libro es, en efecto, un epitafio. Mensaje final, reza el título. Las palabras, el candor que sustentan el poema son de Zambrano, pero parecen una decantación venida del futuro, de lo que el poeta será, de lo que lega. Puede que este libro no sea más que otro paso en el largo camino de perfección de José A. Zambrano. Todos desearíamos, a tenor de lo que nos lleva entregando en los últimos años, que nunca la alcanzara.

Noticia: Antonio Hernández en la Feria del Libro de Juzbado

Tal y como informa la Tribuna de Salamanca, Antonio Hernández estará mañana, 31 de mayo, en la Feria del Libro de la ciudad:

Los poetas andaluces Pablo García Baena y Antonio Hernández protagonizarán este sábado, 31 de mayo, la séptima edición del Encuentro poético y la Feria del Libro que anualmente se celebra en el municipio de Juzbado (Salamanca).
Los rapsodas sucederán en esta cita a literatos como Antonio Gamoneda, Juan Carlos Mestre, Antonio Colinas, Carlos Mazán, Félix Grande, Francisca Aguirre y Francisco Brines, que han sido los invitados en los años previos.
El delegado del área de Cultura de la Diputación de Salamanca, Manuel Tostado, y el alcalde de Juzbado, Fernando Rubio, han presentado este acto que comenzará a las 18.30 horas con un paseo “poético” por la localidad.
En esa actividad inicial, los poetas andaluces descubrirán en la Plaza de la Iglesia dos placas con poemas de ellos, cuya elección de versos desconocen, y los leerán en presencia del público asistente.
Posteriormente, a partir de las 19.30 horas en el Ayuntamiento, tendrá lugar una lectura de poemas a cargo de los dos protagonistas del encuentro, y terminarán con una pequeña merienda para todos los presentes.
Además, una librería participará en esta edición para que quien así lo desee pueda comprar libros de los autores andaluces y se los lleven firmados después de esta cita en Juzbado.
Encuentro poético
Día: 31/05/2014.
Hora: 18:30.
Lugar: Plaza de la Iglesia, 37115 Juzbado, (Salamanca)

Lectura de poemas
Día: 31/05/2014.
Hora: 19:30.
Lugar: C/ Escuela, Juzbado, (Salamanca).

miércoles, 28 de mayo de 2014

Novedad: Atlas literario intercultural. Xenografías femeninas en Europa, Coordinación: Margarita Alfaro y Beatriz Mangada

Atlas literario intercultural. Xenografías femeninas en Europa
Coordinación: Margarita Alfaro y Beatriz Mangada
Calambur Ensayo 8, 127 p.
ISBN: 978-84-8359-295-3
PVP: 16€

El Atlas literario intercultural. Xenografías femeninas en Europa responde a dos elementos organizativos: el concepto geográfico de atlas literario y la noción de xenografías femeninas o escritura realizada por mujeres extranjeras. Ambos rasgos indican que hay un elemento en común a todas las autoras y a los temas tratados en relación con el concepto de interculturalidad lingüística y literaria en el seno de Europa, espacio geográfico y cultural plural entendido como un lugar de acogida y de llegada.

La noción de atlas permite mostrar la variedad de lugares de origen de las escritoras estudiadas (Adelaïde Blasquez, Zsuzsanna Gashe, Emine Sevgi Özdamar, Marzena Sowa, Calixthe Beyala, Aïcha Lemsine, Fawzia Zouari, Ana Paula Tavares, Gisèle Pineau, Nancy Huston, Anna Moï) por lo que todo el volumen está estructurado en torno a capítulos relacionados con los diferentes continentes: Europa, África, América y Asia. Asimismo, en la presentación se alude al marco actual de la sociedad multicultural con la incorporación y el reconocimiento de las mujeres como agentes sociales e intelectuales. Dichas circunstancias permiten mostrar no solo las experiencias de desarraigo, desplazamiento y búsqueda de la integración que han vivido sino que a través de sus obras literarias podemos reflexionar acerca del valor de la alteridad desde la perspectiva femenina. En su conjunto todos los análisis muestran la presencia de actitudes positivas y ayudan a mejorar las habilidades comunicativas, a comprender la diversidad cultural y a reflexionar de modo crítico tanto sobre la propia cultura como sobre la comprensión y el respeto hacia otras culturas.


Margarita Alfaro Amieiro desarrolla su actividad docente e investigadora en la Universidad Autónoma de Madrid desde 1990. Coordina el grupo de investigación Estudio de Literaturas e Identidades Transnacionales en Europa (ELITE) dedicado al análisis de la literatura intercultural y las xenografías femeninas en el contexto europeo. margarita.alfaro@uam.es

Yolanda García Hernández es profesora de lengua y literatura alemana en la Universidad Autónoma de Madrid. Durante los últimos años su investigación se ha centrado en el estudio de la literatura de autores interculturales que han elegido el alemán como medio de expresión. Es miembro del grupo de investigación ELITE de la UAM. yolanda.garcia@uam.es
Vasiliki Lalagianni es profesora de Literaturas y Culturas Europeas en la Universidad del Peloponeso (Grecia). Investiga en escritura femenina, literatura de viajes, de exilio y de inmigración. Su última publicación colectiva en coedición con Jean-Marc Moura se titula Espace méditerraneen: écriture de l’exil, migrance et discours postcolonial (NY/Amsterdam, Rodopi, 2014).
blalag@pre.uth.gr

Beatriz Mangada Cañas es profesora de lengua francesa y su didáctica en la Universidad Autónoma de Madrid. Sus investigaciones se centran en el estudio de las literaturas francófonas desde la perspectiva de género y del campo de la interculturalidad. Es miembro del grupo de investigación ELITE de la UAM.
beatriz.mangada@uam.es

Diego Muñoz Carrobles es doctor en Filología por la Universidad Complutense y máster en Comunicación Intercultural por la UAH, investiga en los estudios sociolingüísticos e interculturales, con especial atención a la población inmigrante y al espacio urbano. Ha colaborado, entre otras publicaciones, en Ciudad en obras (2010) o Ciudades mito (2011) publicadas en Peter Lang.
munozcarrobles@gmail.com

Filipa Maria de Paula-Soares es profesora de Lengua y Literatura Portuguesas en la Universidad Autónoma de Madrid. Es directora del Centro de Lengua Portuguesa Camões de Madrid y participa en diferentes grupos de investigación en el estudio de la literatura de expresión portuguesa como signo de identidad nacional. filipa.validoviegas@uam.es

Adelaida Porras Medrano es profesora titular del Departamento de Filología Francesa de la Universidad de Sevilla y responsable del grupo de investigación Traducción y Análisis Literarios de esta universidad. Su actividad profesional ha estado siempre vinculada a la literatura de lengua francesa. mporras@us.es

Ana Belén Soto Cano es licenciada por la Universidad de la Sorbonne Nouvelle (Francia) y máster en Estudios Franceses y Francófonos por la Universidad Autónoma de Madrid. Estudia la literatura francófona contemporánea desde la perspectiva intercultural y la literatura escrita por mujeres. Es miembro del grupo de investigación ELITE de la UAM.anab.soto@hotmail.com

ÍNDICE

Presentación
Margarita Alfaro Amieiro y Beatriz Mangada Cañas

La mujer plural: el papel de las inmigrantes en la (re)configuración de una sociedad transcultural. Por Diego Muñoz Carrobles

CAPÍTULO 1: EUROPA
Adélaïde Blasquez: un exilio español en lengua francesa. Por Margarita Alfaro Amieiro

Emine Sevgi Özdamar: Reflejo del mestizaje entre dos mundos. Por Yolanda García Hernández

Migrando entre culturas: Zsuzsanna Gahse y su obra. Por Yolanda García Hernández

Memoria y testimonio en las viñetas de Marzena Sowa. Por Ana Belén Soto Cano

CAPÍTULO 2: ÁFRICA
La búsqueda de la integración en Occidente desde la perspectiva de Calixthe Beyala. Por Margarita Alfaro Amieiro

Denuncia y nostalgia en las crónicas argelinas de La Chrysalide de Aïcha Lemsine. Por Adelaida Porras Medrano

La Retournée de Fawzia Zouari: la ficción autobiográfica. Por Adelaida Porras Medrano

El poder de las palabras en la producción literaria de Ana Paula Tavares. Por Filipa Maria Valido-Viegas de Paula-Soares

CAPÍTULO 3: AMÉRICA
Discurso del exilio y migraciones identitarias en L’exil selon Julia y Chair piment de Gisèle Pineau. Por Vasiliki Lalagianni

La escritura epistolar como fuente de reflexión en torno al desplazamiento en Nancy Huston. Por Beatriz Mangada Cañas

CAPÍTULO 4: ASIA
Hacia una nueva cartografía de la francofonía: la escritura cosmopolita de Anna Moï en L’année du cochon de Feu. Por Beatriz Mangada Cañas

Reseña: La poesía ha caído en desgracia, de Juan Carlos Mestre, en Diario de León

El aliento de los puñales cuya sed desconozco
Por José Enrique Martínez
Diario de León, 25/05/2014

En 1992 publicaba Juan Carlos Mestre La poesía ha caído en desgracia. Desde entonces, el poeta villafranquino ha crecido en edad, en poesía, en reconocimientos y en fantasía. La nueva edición lo ha convertido en otro libro, pues dobla el número de poemas de la edición primitiva, añadiendo unos sesenta aproximadamente, con la incorporación de los poemas escritos en su estancia chilena en tiempos de la dictadura y de otros de composición más reciente.

Mestre es un visionario, pero sin despegarse de la realidad hiriente. Visionario por cuanto cultiva la fantasía para crear no quimeras, sino utopías. La utopía se concibe en la poesía de Mestre como el impulsor del deseo humano de habitar un espacio en el que priven la dignidad y la verdad. Otra característica de la poesía mestriana es la libertad, no sólo porque sea otro impulso moral poderoso, sino porque cultiva su arte ajeno a grupos o tendencias y porque la poesía es uno de los pocos reductos en los que aún se puede ejercer la libertad personal. Me gustaría añadir otro aspecto de su poesía: la rebeldía, en el sentido de que su palabra desenmascara el engaño que subyace a actitudes y palabras, al tiempo que reclama una ética. Rebeldía contra los registros del poder, el hambre, los fascismos, la crueldad, las torturas, las desapariciones (en los poemas chilenos sobre todo), con poemas de hondo patetismo como Girasoles de septiembre, donde conecta la belleza de la palabra y lo monstruoso de los hechos: «Nada enferma buenamente y las madres llevan girasoles de septiembre a las tumbas sin nadie».

El mundo poético de Mestre es tan original que apenas le encontramos parecidos en nuestra tradición ni en la poesía del presente. Puede hablarse de vetas irracionalistas, con Rimbaud, el surrealismo o Lorca al fondo, pero sus líneas de fuerza no coinciden con las de otros poetas. Su palabra de visionario recuerda acaso la del profeta, con la sucesión litánica de los versículos, haciendo de la anáfora la figura más personal, propiciando un ritmo que avanza hacia un climax particular, a lo que se une el don especial de unir lo disímil sin que el lector lo perciba como inverosímil: «El horizonte es un caballo rojo que relincha en los labios de la multitud enterrada». Los libros de Mestre suelen ser copiosos; a su lado, esta reseña, cualquier reseña, es palabra reducida y pobre, más aún si pensamos en la potencia de voz del poeta y en su poder fabulador.


Noticia: Poema de Rafael Saravia en Cinosargo

El pasado 12 de mayo, Adriana Zapparoli escogió un poema de Rafael Saravia, autor de Carta Blanca, para ilustrar su columna en Cinosargo.



Una brizna cualquiera.
Corre el año treinta y uno y los enseres se vuelven modernidad.
Sin la corporeidad de los levantados no confiaríamos en el calor,
en la prótesis, en la mancha de carbón,
lo que supone en nuestros pantalones la libertad de campana.

Corre el año ochenta y siete y las Páginas de fuego se reivindican,
se apresuran entonces los caciques a cultivar futuro
y la copa de angustia ya sólo necesita de veinte años en barrica de madroño.

Los cormoranes naufragan en el cemento que alicata costas y robledales,
nos untan de sal los labios y lo llaman esperanza.

Fijan el sabor de la desolación tres puntos por encima de la cayena.
Apelan los indeseables al voto transgénico,
queriendo hacernos ver las bondades de los tomates olor cian.

Se tacha en el calendario el quince de mayo del dos mil trece.
Pintan bastos en los mercados internacionales.

La revolución se regala con cada ramillete de franqueza
y el desierto es una inmobiliaria en época de saldos.
Los herederos del juego quieren vender piolets
a los lectores del Manifiesto por un arte revolucionario independiente
y la nieve ya no limpia los fracasos cosidos al pulóver de los embargados.

Una brizna cualquiera.
Pasan las horas cosidas a una adormidera.


En la esquina de la Calle Antonio Gamoneda,

un vendedor de lotería pronostica el cambio:
Le niega la suerte al portavoz del ministerio.

Ese día, los niños de San Ildefonso
confunden las partituras con las de La Internacional.



Novedad: La isla que prefieren los pájaros, de Vanesa Pérez-Sauquillo

La isla que prefieren los pájaros
Vanesa Pérez-Sauquillo
Calambur Poesía 144, p. 60
ISBN: 978-84-8359-309-7
PVP: 10 €


Vanesa Pérez-Sauquillo (Madrid, 1978) ha publicado hasta ahora los poemarios Climax Road (Premio Ojo Crítico de Radio Nacional 2012 y accésit del Premio Adonáis), Bajo la lluvia equivocada (Premio Arte Joven de la Comunidad de Madrid, Hiperión, 2006), Invención de gato (Calambur, 2006), Vocación de rabia (accésit del Premio Federico García Lorca de la Universidad de Granada, 2002) y Estrellas por la alfombra (Premio Antonio Carvajal, Hiperión, 2001). Como autora de libros infantiles, ha publicado en 2013 Cuentos con beso para las buenas noches, editado por Alfaguara en España y México, y el álbum ilustrado ¡Pobre mamá!, que ha visto la luz en Inglaterra, Francia y Alemania con la editorial Minedition y recientemente en España con Bruño. Una de sus últimas traducciones, Las ventajas de ser un marginado, de Stephen Chbosky, fue el título seleccionado en castellano para la Lista de Honor de ibby 2014 en la modalidad de Traducción.

La isla que prefieren los pájaros es el primer poemario de Vanesa Pérez-Sauquillo desde Bajo la lluvia equivocada. Responde a un silencio creativo de cinco años, una búsqueda desde el vacío y la alienación, desde la tierra arrasada del sentimiento, hacia el encuentro de la naturaleza y el amor.

martes, 27 de mayo de 2014

Reseña: Pobreza, de Víctor Gómez, en Tendencias21

Sobre "Pobreza", de Víktor Gómez Ferrer, y "El plazo", de Olga Muñoz Carrasco
Por Yaiza Martínez
Tendencias21, 19/05/2014


En los años 90, yo misma creí que no se hacía buena poesía en España. Luego, gracias a Internet, cambié de opinión, pues esta vía me permitió conocer lo que de verdad está ocurriendo en nuestro país en poesía, que muchas veces no tiene mucho que ver con lo que se hace a nivel editorial o mediático.

Antes había que tener paciencia, e ir buscando a autores y autoras de calidad en blogs, Facebook, conversaciones con amigos –muchas de ellas, también a través de Internet-. Sin embargo, poco a poco, esa realidad está emergiendo (ha salido de la Red, salpica); permitiendo que la buena poesía de nuestro país se dé a conocer, y vaya perdiendo la mala fama que tenía, incluso allende los mares. 


[...]

Víktor Gómez Ferrer nació en Madrid en 1967. Ha publicado los poemarios Huérfanos aún, Detrás de la casa en ruinas e Incompleto, así como Los barrios invisibles y las plaquettes En un tiempo de gran orfandad y Diciembre.

Además, es lo que ahora suele llamarse un “activista cultural”, pues coordina la Asociación Poética Caudal y participa en la línea editorial de la Fundación Inquietudes de Valencia.

Co-dirige la Colección ONCE de poesía y ensayo de Ediciones Amargord, junto a Javier Gil, y coopera con la Librería Primado de Valencia en actividades culturales. Esta colaboración quedó reflejada en 2011 en un libro coral titulado Por donde pasa la poesía, que refleja muy bien la variedad y riqueza de la poesía que se hace actualmente en nuestro país, que antes he mencionado.

El libro de Víktor del que hablamos hoy, Pobreza, ha sido publicado por la editorial Calambur y, tal y como sugiere su título, es un poemario de poesía social.

Cabría preguntarse, ¿y qué buen poemario no lo es, en tanto en cuanto siembra en nosotros una noción intuitiva de lo justo, nos ayuda a comprender que los otros somos nosotros mismos; y nos muestra la belleza como medio de redención, expresión y conocimiento?

Sería más correcto decir, por tanto, que en Pobreza nos encontramos con un poemario intencionadamente social, que sortea sin problemas uno de los riesgos que suele achacársele a la poesía intencionadamente social: el de convertirse en un panfleto.

Víktor Gómez consigue dar peso específico a este poemario –más allá del peso asfixiante de la realidad circulante, no poética, de la que habla- depositando enteramente en el lenguaje la responsabilidad de la expresión de dicha realidad.

Lo hace usando la fragmentación del lenguaje poético como reflejo de la fragmentación social; trasladando el ritmo del dolor al ritmo de su poesía o transformando las imágenes de un mundo desesperanzado, desgastado y carcomido, en potentes imágenes poéticas.

Así, el lector que se acerca a Pobreza se introduce en disonancias –sociales, lingüísticas-; en versos trabajosos como las realidades que expresan; en palabras sucias para la suciedad de la miseria; en un lenguaje que se levanta una y otra vez tras ser una y otra vez derrumbado; como el yo poético y los personajes de los que este nos habla.

Por tanto, para comprender la composición de Pobreza, su forma, creo que hay que tener en cuenta que, en este libro, la forma emula al contenido, y viceversa: el cómo es el qué.

En la última parte de Pobreza, titulada Jana, esto se hace obvio. En ella, las formas poéticas se suavizan, pues lo que se cuenta es también más suave. Aquí llega la noción de amor como bálsamo, como fuente de esperanza, y como finalidad de todo impulso de vida.

Pobreza parece decir en este punto que hay en lo íntimo una solución a la miseria; que existe para ésta una salvación, que mana de los vínculos. Igualmente que, tanto la pobreza como el amor, poseen su propio lenguaje distintivo.

Sobre esta conexión entre lo que se cuenta y cómo se cuenta, el poeta granadino Antonio Mochón ha escrito, en la revista Tendencias21, que Pobreza “parte de una situación inicial clara: la penuria de la poesía, del lenguaje y, en última instancia, del mundo”.

Yo añadiría que Pobreza alcanza también una conclusión: el caos se aquieta en la oscuridad de la madriguera. Tal y cómo escribe el autor: “yo he convertido/ mi tristeza en luz/ yo/ que sólo soy/ un cuarzo en tus manos”.

Así que poesía social, sí, pero con propuesta; y con una perfecta combinación entre forma y fondo. Ambas características me parece que alejan al libro de lo panfletario.

Este Pobreza nos muestra, por otra parte, a un poeta maduro, con gran afán indagador en el lenguaje poético y en la realidad; y con un fuerte compromiso con su propia obra y, de nuevo, con la vida.

Para acabar, volviendo a los dos títulos, añadiría que no nos enfrentamos a libros fáciles, pues ambos, El plazo y Pobreza, son poemarios que exigen una atención especial, una implicación; que han de leerse con paciencia, por la cantidad de significados que encierran y los niveles de lectura que arrojan.

Pero que son dos buenos ejemplos de la poesía contemporánea de gran calidad que se está escribiendo hoy en nuestro país; y que pueden ayudar a comprendernos como seres imbuidos en un entorno actual –cotidiano, social, global- que nos zarandea sin tregua. Mientras, en lo íntimo, los poetas siguen construyendo pacientemente la esperanza, los lazos, y su verdad simbólica.


Reseña: Lo que dejó la lluvia, de José Antonio Zambrano, en el blog de Álvaro Valverde

Lo que dejó la lluvia
Por Álvaro Valverde
Blog de Álvaro Valverde, 4/05/2014


Un nuevo libro de José Antonio Zambrano (Fuente del Maestre, 1946) es siempre un acontecimiento, al menos para quienes apreciamos su obra y, más allá, tenemos la fortuna de conocer al hombre que la ha escrito. 

Lo que dejó la lluvia aparece en Calambur (la editorial del libro que ha ganado el último Premio de la Crítica, donde están, entre otras, las poesías completas de Ángel Campos y Basilio Sánchez), donde él ya publicó Después de la noche, Treinta minutos de libertad y Apócrifos de marzo

Como manda la moda (el asunto empieza a obsesionarme), los treinta poemas que lo componen llevan delante un prólogo, "Un hombre es lo que cuenta", de Ramón Pérez Parejo, profesor de la Universidad de Extremadura. Un prólogo, digámoslo pronto, exhaustivo, riguroso y lúcido que, desde luego, animará y orientará la lectura de estos versos.

El análisis filológico de Parejo alude al autor exigente que Zambrano es, un "buscador de palabras", y se fija en la simultaneidad entre lo culto y lo popular (les recuerdo que el libro anterior se titulaba Tonás de los espejos y tocaba este palo), y entre tradición e innovación. 

En lo amoroso, la reflexión metapoética y la indagación interior se centra, según el prologuista, la obra. No falta el "juego dialógico" y allí, Edinda, personaje que ya había aparecido en entregas anteriores de Zambrano y a la que algunos no nos cuesta identificar con una persona de carne y hueso, tal vez la misma a la que se dedica el conjunto, "por todo lo cuidado". Siempre, eso sí, a cierta distancia. Como señala Parejo, no es el poeta amigo de confidencias, ni sentimentales ni de las otras, de ahí que lo inmediato o anecdótico quede aquí anulado en pos de una manera de decir a la altura del rigor de quien escribe. 

Un tono sereno ("hasta hacer de mí una palabra paciente"), de naturalidad innegable (ese difícil artificio), marca estos versos donde el presente es el tiempo. "Hoy somos, / es hoy, tan solo hoy / el mundo", leemos. O "que lo que importa es vivir y no haber vivido".

Las enseñanzas de la edad, por decirlo con Valverde, morales ante todo, nos asaltan a cada paso. Así, "lo que enseñan los años: / que hay solo una verdad, / lo demás es la niebla"; "Siempre supe que mi sitio estaba / en los lugares aprendidos / y en la monotonía sutil del coraje"; "Dejadme, al menos, / la afable sensación de haber vivido". 

Soy y miro, dice con Szymborska, y a modo de resumen: "Todo para decir / que esta invención celebra el canto de un hombre / que ha pactado con su sombra / lo que dejó la lluvia."

De entre todos los libros que componen su "poética de resistencia", como la denomina el propio Zambrano, éste es, sin duda, uno de los mejores. "Nada queda al azar" en él, como afirma Parejo, lo que, entre otras razones, nos permite comprobar a las claras la verdadera condición de esta poesía.


lunes, 26 de mayo de 2014

Reseña: La bicicleta del panadero, de Juan Carlos Mestre, en Revista Ínsula

Juan Carlos Mestre ante sí
Por Marta Agudo
Revista Ínsula, n. 809, mayo de 2014


Como un envite consigo mismo, con su poética y con la realidad, se nos revela La bicicleta del panadero, sin duda uno de los mejores libros de poesía de los últimos años, cuyo principal problema sospecho que puede ser la afluencia de imitadores que genere. En este sentido, se trata de un título llamado a convertirse en una referencia imprescindible en la lírica española contemporánea. Enmarcado entre el “Poema uno” y los “finales” como único principio de ordenación se despliegan casi trescientos poemas, número que ya de por sí supone un hito.

De acuerdo con el texto leído por Jordi Doce durante la presentación del libro, estamos ante lo que podría entenderse como un implacable Juicio Final o profecía inversa, que nace del deseo de interpelar o escrutar la realidad completa por parte del que escribe. “Te parezca bien o te parezca mal, es la hora de los dioses huidos”, se lee en un poema demoledor, por lo que sólo nos queda la posibilidad de ir reconociendo “la muerte y sus nombres”. “La muerte y sus nombres”, “alud de sustantivos”, afán de totalidad, de no dejar un solo palmo de lo real por atender. De esta forma Juan Carlos Mestre halla la manera idónea para poner en práctica la teoría de la negatividad de Keats que siempre ha profesado y que aclaraba en una entrevista publicada en la revista Ámbito…: “Carezco de personalidad. […] Las apariciones […] están convocadas desde una antigua alianza, la del fervor de mis lecturas, la compañía de algunos cómplices en la asamblea de la amistad y los vínculos”, pues, como escribe en “Los amigos del pueblo”: “Que levanten la mano los que no abriguen en su corazón una masa de personas traicionadas bajo la caperuza de lana”. El “yo es otro” rimbaldiano se lleva así a su máxima expresión, en la medida en que “Yo mismo soy una sombra carente de cuerpo”.

¿Identidad problemática? Quizá sea éste uno de los hilos que atraviesan la poesía de Juan Carlos Mestre y que, se me ocurre, pretende salvar en su obra gráfica a través del frecuente dibujo de rostros que bien podrían ser el suyo. De este modo, y a lo largo de su literatura: “El adepto”, “el Giotto”, “El niño John”, “El hombre de gris”, “El huésped”, “El visitante” o, de forma algo más extensa, “el que imaginó el mundo bajo la fidelidad a un juramento por la igualdad de los hombres, […] el que se despide de todo lo que nunca volverá a ver, entra en la muerte, abraza a su madre, el sugestionado por los antílopes, […] el digno de ser llorado” (en su libro La tumba de Keats) son sólo algunos de los perfiles desde los que se va desprendiendo una visión compleja del yo. Y como denominador común de todos ellos: la naturaleza idealista e inadaptada. …“El escurridizo”, el “zurdo”, el “judío” o el encargado de desordenar todas las categorías hasta ahora conocidas en aras de reescribirse a sí mismo y fruto de su singular empatía con todo lo viviente. De este modo, en “La esquela” el autor, en una muestra más de su juego con las formas y los géneros literarios, habla de aquél que “ha sentido inquietud por todo, desde la frontera polaca hasta la curva de las isobaras”.

En este punto debemos hablar de otro de los principales ingredientes de la dicción de La bicicleta del panadero: un personal, disolvente y decidido sentido del humor que ya se apuntaba en algunas páginas de La casa roja. Algo por completo ajeno a la poesía española actual, que acostumbra a confundirlo con el estilo “torrente” o la fórmula chocarrera. Y esto bien desde la desmitificación (“La filosofía siempre llega demasiado tarde decía el carracuca de Hegel” en el mítico “El búho de Minerva”, donde se menciona también el “Atleti Club de Kant” o se nos habla del singular aristotelismo que se practica en Villafranca del Bierzo) hasta la directa reescritura de los mitos, como en el caso del “Manifiesto Noé”, donde puede leerse, y cito por extenso: 


Querida boa constrictor, no hay ninguna posibilidad
de que a los huevos de avestruz les crezca el pelo.
Incrédulas mantis, maternales lobas
no es prudente dejar el carricoche del bebé junto a la charca
donde a la chita callando dormitan los cocodrilos.
Fuera por lo que fuese el último dinosaurio ha estirado la pata. 
Sea por lo que sea las avispas tienen arranques de mala hostia. 
Prefiero que me muerda un tigre a que me lama una monja. 
Preferible morir devorado a que te endiñe la extremaunción un cura.

Versos que son sólo un ejemplo de uno de los tonos que Mestre maneja con destreza a lo largo de estas cuatrocientas sesenta y ocho páginas, entre las que encontramos, como digo, desde el exabrupto hasta la inteligente ironía o hasta una dicción casi infantil (“Y todas las primaveras la banda municipal dale que requetedale hinchándoles la cabeza”).

Nada resiste la mirada deconstructora del poeta, capaz de arruinar las más bellas metáforas al analizarlas con calma (en “La colina de la iluminación”), de emplear todos los registros literarios (hay que destacar la potente presencia de lo narrativo a través de la presentación de sus múltiples personajes y situaciones), de jugar con la tradición (léase su singular versión de Manrique) y de seguir inaugurando esos momentos de álgida poesía a los que el autor nos tiene acostumbrados por su contundencia (“Tengo entendido que no hay mayor conjetura que un padre”) o por ese ejercicio imaginativo que se ha convertido ya en divisa de su decir (“Los árboles marchan sin dirección a tomar el desvío hacia los paisajes del arrepentimiento” o “Entre plantas carnívoras y corrientes de aire la noche extiende sus rosadas antenas de langosta y los manicomios sin techo se llenan de monos vivos que corren por la playa”).

Es así como el poeta convoca también en este Juicio Final a toda la poesía, incluida la suya propia. De hecho, se recogen literalmente dos poemas de La visita de Safo, su primer libro; la Roma que de nuevo visitamos aquí será la que leímos en La tumba de Keats: la distante y distinta a la belleza impuesta por las agencias de viajes, la sumida en la podredumbre de un pasado político de ética más que dudosa; las alusiones explícitas al Bierzo remiten a su Antífona de otoño, y así sucesivamente. Mestre se pasa revista a sí mismo, deconstruye con rigor e ironía su trayectoria y busca redimir esta revisitación mediante una escritura nueva. No resulta absurdo, por ejemplo, contrastar los poemas “Árbol genealógico” y “Geografía incompleta” con “Antepasados” y “Lección de geografía”, estos últimos de Antífona… Del primer caso se desprende de nuevo cómo la mitología humorística sustituye al memorable canto épico fijándose ahora, no en los antecedentes humanos reales, sino en un “don Adán y ella la señora Eva” de los que nadie “iba a pensar que terminarían como terminaron, aquello de la perdiz, la tentación, la ciruela”. Acento épico el que Mestre ha venido entonando desde hace años tras el que ya se anunciaba, por mucho que les extrañe a algunos, su potente vocación de poeta “social”, gracias a su citada capacidad para reconocerse en los otros y dada su convicción de que el poeta es el voceador de aquello que a los poderosos no les interesa oír. Persuadido de que estamos en “la hora del excremento y del relámpago”, del recelo hacia esta democracia pequeña como la “urna” de un cementerio, sólo nos queda la perspectiva de un mero sobrevivir en nuestra distopía capitalista en la que palabras como “libertad, igualdad, fraternidad” han sido sustituidas por las de “competencia” o “mercado”. La propaganda es ahora el estandarte que ha vaciado de significado el lema dieciochesco, lo que ha supuesto la miseria física y moral, un modus vivendi en el que, entre otros muchos destrozos, el relativismo ha derruido cualquier dictado ético para ventaja de aquellos “que trafican con el dolor, […] los que obtienen beneficio con el sufrimiento humano”. Se nos enfrenta entonces con la constante cainita del animal “hombre” que iguala a los que en la “Edad Media tiraban piedras a los leprosos”, a los que asesinaron a “treinta y cinco millones de seres humanos” durante la “dinastía Tang” o a los que reniegan interesadamente de la “memoria histórica”. El influjo del poema lorquiano “Oficina y denuncia” se adivina igualmente con claridad en esos “trenes de mercancías” abarrotados por liebres mientras ­–podríamos decir siguiendo con este paralelismo– el poeta se ofrece “a ser comido por las vacas estrujadas / cuando sus gritos llenan el valle / donde el Hudson se emborracha con [un] aceite” que las mujeres raídas por la anorexia nunca probarán.

De la mano de esta alusión al río neoyorquino llegamos a uno de los poemas más incisivos de La bicicleta del panadero. Me refiero a “El criadero de tejones” en el que, a colación de la Feria Literaria de Guadalajara, se arremete sin reparo contra el mercado editorial (“por aquí lo que se vende es mierda y reliquias de artista, máquinas cosechadoras con las que rasurar los cipreses de la aldea vendida al protestantismo”), se lee la burla de esos cinco minutos de gloria, de ese fragmento de medalla que cada poeta cree merecer y –estamos de nuevo ante otro de los filones temáticos de La bicicleta…– del mundo académico y su jerga esterilizadora, de esa “guardia civil” que puede ser la crítica dedicada en cuerpo y alma –y vuelvo a Lorca– a “quemar la imaginación” por su afán de escrutar lo que no puede entenderse. Esos “conferenciantes del excepto y las partículas de lo inseparable”, los que dictan qué es poesía y qué no desde sus poltronas sabetodolodistas, en tanto que representantes de un orden de pensamiento contrario al pálpito creador: “Qué preceptiva ni qué gaitas. Las brigadas de gramáticos y recaudadores de significados no impondrán de nuevo cartillas militares a los párvulos insumisos”.

Frente a dicho ejército alienante se hallan los nombres que se deslizan a lo largo del libro y que constituyen la asamblea de amigos y de autores con los que dialoga estrechamente el libro: Ullán y Pereira (en el poema que acabo de citar), Lautréamont, Mallarmé, Whitman, Rimbaud, Milton, Rojas, Lezama Lima, Larrea o, de manera más velada o explícita, Gamoneda, entre otros muchos. Es gracias a ellos cómo Mestre fue afilando su verbo, buscando nuevas gramáticas o, en suma, pedaleando por el camino de la literatura. Y digo esto porque, como si no quisiera perder pie el poeta por el alud de su propio libro, en ocasiones desliza alguna nota metaliteraria que le mantiene en ruta. Véase cuando, ya hacia el final de esta carrera en la que ha habido momentos en que “la bicicleta se ha salido en la curva”, reconoce que “es más que probable que te confisquen la bicicleta por presunto demente” o habla sin más “del último día de esta escritura”. Un día final que sólo se alcanzará cuando la revolución poética que supone este volumen tenga su correlato en la vida real, cuando de una vez por todas la palabra se encarne en justicia para los desamparados.

jueves, 22 de mayo de 2014

Noticia: Calambur en la Feria del Libro de Madrid 2014


Como todos los años, Calambur va a estar presente en la Feria del Libro de Madrid. En esta ocasión, estaremos en la caseta número 334 para ofreceros todos nuestros libros y las firmas de nuestros autores. A continuación os dejamos la agenda de actividades que hemos organizado. Os recordamos que la feria dura desde 30 de mayo al 15 de junio, y que el horario es:

Lunes a Viernes: de 11:00 a 14:00 y de 18:00 a 21:30
Sábados, Domingos y Festivos de 11:00 a 15:00 y de 17:00 a 21:30
Lugar: Parque del Retiro, Madrid.

ACTIVIDADES


SÁBADO 31 DE MAYO:
17:00 - 21:30 
Vanesa Pérez-Sauquillo, La isla que prefieren los pájaros y resto de su obra

DOMINGO 1 DE JUNIO:
11:00 - 15:00
Cecilia Quílez, La hija del capitán Nemo y resto de su obra
Vanesa Pérez-Sauquillo, La isla que prefieren los pájaros y resto de su obra

17:00 - 21:30 
Mercedes Chozas, Los Abecedarios y resto de su obra

SÁBADO 7 DE JUNIO:
11:00 - 15:00
Cecilia Quílez, La hija del capitán Nemo y resto de su obra
José Antonio Zambrano, Lo que dejó la lluvia y resto de su obra

17:00 - 21:30
José Antonio Zambrano, Lo que dejó la lluvia y resto de su obra
Vanesa Pérez-Sauquillo, La isla que prefieren los pájaros y resto de su obra

DOMINGO 8 DE JUNIO:
11:00 - 15:00
Antonio Hernández, Nueva York después de muerto y resto de su obra
Margarita Alfaro y Beatriz Mangada, Atlas literario intercultural. Xenografías femeninas en Europa y resto de su obra

17:00 - 21:30
Vanesa Pérez-Sauquillo, La isla que prefieren los pájaros y resto de su obra
Antonio Hernández, Nueva York después de muerto y resto de su obra

SÁBADO 14 DE JUNIO:
12:00 - 14:30
Juan Carlos Mestre, La poesía ha caído en desgracia y resto de su obra
Miguel Ángel Muñoz Sanjuán, Cantos : & : Ucronías y resto de su obra

19:00 - 21:00
Juan Carlos Mestre, La poesía ha caído en desgracia y resto de su obra
Miguel Ángel Muñoz Sanjuán, Cantos : & : Ucronías y resto de su obra

DOMINGO 15 DE JUNIO:
12:00 - 14:30 
Juan Carlos Mestre, La poesía ha caído en desgracia y resto de su obra

19:00 - 21:00
Juan Carlos Mestre, La poesía ha caído en desgracia y resto de su obra

Más información:
www.ferialibromadrid.com


martes, 20 de mayo de 2014

Feria del libro de Fuenlabrada 2014



El día 24 de mayo, sábado, da comienzo la Feria del Libro de Fuenlabrada. Calambur, en colaboración con la editorial El Sastre de Apollinaire, estará en la caseta 17 para ofrecer nuestros libros. Además, el día 30 de mayo, viernes, habrá una lectura colectiva de poetas de nuestra editorial en el pabellón de adultos, a las 19:30 (hasta las 21:00).

Podéis echar un vistazo al programa de la feria en este enlace.

Horarios:
Primer sábado: 18 a 22 h
S y D: 11 a 14 y 18 a 22 h
L a V: 10 a 13,30 y 18 a 21 h
Último domingo: 11 a 14 h
Parque de la Fuente.
Calle Eras, Fuenlabrada (Madrid)


viernes, 16 de mayo de 2014

Noticia: "Esa gente que soy y que conozco", libro homenaje a Juan Carlos Mestre

El pasado 7 de mayo, Juan Carlos Mestre estuvo en Leganés con motivo de la presentación del libro Esa gente que soy y que conozco, editado por el ayuntamiento del municipio en el marco de una iniciativa, que ya lleva años en funcionamiento, para acercar poetas españoles a las aulas de los colegios e institutos.

Este año, fue el turno de Mestre, cuya obra tuvieron que leer los escolares de la ESO para después publicar el libro Esa gente que soy y que conozco, nombre extraído de uno de los poemas del poeta: "La nostalgia de un pájaro que enciende su rumor en la noche".




El libro recoge las impresiones de los alumnos sobre la obra de Mestre, tanto de forma escrita como visual. Puede ser consultado o descargado desde el enlace en la propia web del Ayuntamiento de Leganés, aquí.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Noticia: Entrevista a Antonio Hernández en Babelia

Educadamente rebelde
Por Amelia Castilla
Babelia, 10/05/2014



Gracias a @manuelrreina por la fotografía


Antonio Hernández ultima novela y poemario, tras ser aclamado con el Premio de la Crítica por Nueva York después de muerto

Antonio Hernández (Arcos de la Frontera, Cádiz, 1943) no dispone de un único rincón de trabajo. La poesía la escribe en una vieja Olympia ubicada en el dormitorio; la narrativa, en una máquina de escribir eléctrica ubicada en otro cuarto de la casa, y los “artículos variopintos” los almacena en el ordenador. En las paredes del salón cuelgan una serigrafía de Picasso, un dibujo de José Hierro y otro de Loureiro. Bajo esa inspiración pictórica se sienta a releer y corregir. “Soy un seguidor absoluto de Juan Ramón; procuro moverme en todos los metros y las distancias”, cuenta ene l sofá de la sala. “En mi caso, la prosa pasa por dos fases: lo espontáneo del momento es sometido posteriormente a lo consciente. El poema sale, lo dejo descansar y después corrijo”. Sobre la mesa reposan esta mañana los folios de su nuevo poemario, En la misma piedra, con el relativismo como base, pero con unas gotas de memoria y sentimiento. Todavía tardará al menos un año en entregarlo a la editorial, pero algunos poemas ya tienen título, como ‘Un momento con Hegel’: “Tesis: cielo, paraíso / antítesis: infierno, Hades. / Síntesis: melancolía”. En paralelo a los cambios en el poemario corrige una novela en la que glosa La isla del tesoro con rasgos de su biografía y su familia.

El sur, el amor, la vida y la muerte. Temas eternos visionalizados desde una moral avanzada marcan la obra de este creador. “Los temas no definen a un poeta, lo importante es cómo los toca y el tono”, añade. Heredero de la poesía totalizadora de Luis Rosales, al que siempre se refiere como “maestro”, el autor de El mar es una tarde con campanas le suma a la base lírica elementos del teatro y de la narrativa hasta completar un puzzle. No encuentra una generación a la que adscribirse, aunque, según la teoría que se aborda ahora, estaría entre los poetas del 68. Como escritor ha hecho lo que define como “realismo socialista, pero no político. Mi único componente ideológico va unido a la defensa de los desfavorecidos. Diría que soy un progresista mesurado o, como apuntó Machado, un jacobino mesurado”.

Hernández ha publicado más de cuarenta libros, incluido uno sobre el Betis, y ha sido traducido a 21 idiomas, pero hace unas semanas recibió el Premio de la Crítica —“a mi juicio, el más prestigioso”– en el apartado de poesía por Nueva York después de muerto (Calambur), un cruce de caminos en el que las vidas de Rosales y de Lorca acaban encontrándose. La crítica lo valoró como un título “sorprendente y arriesgado”. Dividido en tres apartados, el libro concluye con la decadencia de Rosales, que arranca con la embolia cerebral que le obligó a aprender a leer y a escribir. En esa dura etapa final, su discípulo hacía las veces de Lazarillo. La cola de Nueva York después de muerto es el episodio de la muerte del poeta. Junto con Caballero Bonald, Hernández es el único poeta vivo que ha recibido en dos ocasiones este premio.

martes, 13 de mayo de 2014

José Antonio Zambrano en al Feria del Libro de Badajoz


El próximo jueves 22 de mayo, José Antonio Zambrano estará presentando su último libro, Lo que dejó la lluvia, en la Feria del Libro de Badajoz. El autor estará acompañado por Enrique García Fuentes (profesor del I.E.S. Castelar y crítico literario). Será a las 18:00 horas en la Carpa de Conferencias.

Día: jueves, 22 de mayo de 2014
Hora: 18:00
Lugar: Carpa de Conferencias, Feria del Libro de Badajoz
Paseo de San Francisco, Badajoz

Más información




Juan Carlos Mestre y Miguel Ángel Muñoz Sanjuán en el Ciclo de Poesía Contemporánea de Vallecas


El próximo 23 de mayo, Juan Carlos Mestre y Miguel Ángel Muñoz Sanjuán, estarán, junto a Raquel Ramírez, en el Ciclo de poesía contemporánea POéTIKAS de Vallecas. Será a las 20:00 horas en la librería La esquina del zorro

Día: 23 de mayo de 2014.
Hora: 20:00 horas.
Lugar: Librería La esquina del zorro.
Calle del Arroyo del Olivar, 34, 28053 Madrid.



lunes, 12 de mayo de 2014

Reseña: La poesía ha caído en desgracia, de Juan Carlos Mestre, en Leonoticias

Lo último de Juan Carlos Mestre
Por Luis Artigue
Leonoticias, 7/05/2014


La obra del poeta Juan Carlos Mestre (Villafranca del Bierzo, 1957), que, asentada decididamente en una disidencia más lingüística que formal de raigambre surrealista, se hizo un hueco importante al margen de las poéticas figurativas dominantes en los años 80 ha ido evolucionando en cada entrega: todo sin apartarse nunca de una expresividad lírica que subvierte los valores de la lógica de la significatividad normalizada no para hacernos ver, como Rimbaud y su delirante heredero Artaud, que, considerando la conciencia y no la palabra como horizonte último, el pequeño escenario existencial que somos aparece ante los ojos atentos siempre vaciado de sentido y la poesía ha de ser un correlato radical de esa certidumbre de imposibilidad, sino, por decirlo con palabras de Octavio Paz, para dar cuenta de que la existencia, y su sinsentido, y hasta su sentido, se concentran en un nivel profundo al cual la poesía sólo accede tras desprenderse de sus ropajes de convención y de evidencia directa.

Y ese modo plástico, irracional y audazmente metafórico de crear poemas a la contra pero no en contra del establishment premiador y académico la obra de nuestro poeta se ha ido intensificando, y, además, ha ido rebasando el ámbito textual para ir más allá en la idea del lector coparticipante hasta convertirse ya en una poesía pública performativa. Y ha ido ganando adeptos, e imitadores, y acólitos y lectores fervorosos por todo el mundo. Y se ha convertido en una referencia fundamental a la hora de explicar lo que es y lo que quiere ser también la poesía actual escrita en castellano.

El culmen de la propuesta lírica de este poeta ha venido con dos libros de poemas inconmensurables en su extensión, LA CASA ROJA (Calambur, 2008) y LA BICICLETA DEL PANADERO (Calambur, 2012), los cuales, aunque haya quien diga que tienen algo de fórmula, resultan a mi juicio fundamentales a la hora de entender, desde el presente, que la concepción del hecho poético como revelación y la percepción de este mismo fenómeno como visión se parecen mucho en su materialización verbal y, de hecho, por eso la mística y el neosurrealismo se encuentran y hasta se dan la mano en el territorio común de la metáfora irracional deslumbrante.

¡Casi un místico laico predicando sobre el valor de la belleza, la memoria, las raíces, la solidaridad espiritualista inherente al espíritu humano y el necesario encuentro de las conciencias que aspiran a estar alerta es el último Juan Carlos Mestre!

Paralelamente el autor ha venido desde 2011 revisando toda su obra anterior para someterla a un proceso de rescritura y de unificación rítmica, métrica y formal. Esta labor la inició con su primer libro publicado en 1983 en la Colección Provincia, LA VISITA DE SAFO, un poemario culturalista y celebratorio compuesto entonces en versículos y que, apoyado en una mitología personal que iba desde Safo a Pasolini y Roland Barthes pasando por Gustav Mhler, apostaba por la cultura, el hedonismo y el apasionamiento como vías de acceso a la belleza. Este texto iniciático, en el que se encontraba ya el experimentalismo sin nihilismo que caracteriza la obra del autor, fue en 2012 aumentado, corregido y, tras perder su carácter versicular en favor del poema en prosa, resultó publicado de nuevo en Calambur con el título de LA VISITA DE SAFO Y OTROS POEMAS PARA DESPEDIR A LENNON.

Igualmente ha sido revisado, musicado por Amancio Prada y reditado en un CD imprescindible su celebrado poemario ANTÍFONA DEL OTOÑO EN EL VALLE DEL BIERZO (el poeta, decía Rilke, transforma el mundo informe llenándolo de formas duraderas, y ésa parece ahora una buena definición y un comentario estilístico de dicho libro).

Y precisamente como fruto de este proceso de rescritura unificadora nos llega ahora otra entrega, de la cual con mucho gusto nos hacemos eco.

El libro “nuevo” de Mestre LA POESÍA HA CAÍDO EN DESGRACIA, que fuera premiado y publicado por la Editorial Visor en su primera edición en 1992, ha sido en efecto también corregido y aumentado y rescrito y reactualizado y rítmicamente traducido al formato salmódico de la poesía en prosa –en todo el libro sólo hay ya dos poemas en verso, los cuales recuerdan a los ritmos de su ANTÍFONA DEL OTOÑO EN EL VALLE DEL BIERZO, y estos son los poemas LA CITRONETA AZUL y LOS ADOLESCENTES ENTIERRAN SU DESEO EN EL BOSQUE-, y ha sido salpimentado todo con la explosiva fantasía y el ingenio verbal del último Mestre, para, así, republicarlo, como decimos, en una edición reciente, austera y cuidada por la Editorial Calambur...

He aquí una nueva expresión del trabajo de revisión del compromiso apasionado con el lenguaje oracular y con el ritmo y la liturgia del lirismo en prosa.

Se trató y se trata LA POESÍA HA CAÍDO EN DESGRACIA de un libro que encierra un desarrollo irracional de ideas estéticas: un libro de poesía sobre la propia poesía, sobre su proceso, sobre su significatividad, sobre su vigencia, sobre su poder de trascendencia y, sobre todo, una revisión del rol social, ético y vital del poeta en medio de esa ceremonia de la impostura que es el mundo en este tiempo poco propicio para la lírica en el que, como reza el medievalizante pero intemporal título, la poesía parece haber caído en desgracia… ¿Qué es ahora la poesía en medio de esa cuenta de resultados que parece ser la vida? ¿Dónde está y qué papel ocupa el poeta?

Respondiendo de forma imaginativa y con punzante finura moral a esto, al papel actual del poeta en tiempos aciagos, desde el principio este libro casi nos invita a ver que hay poetas con nombre y poetas anónimos según la distancia de estos con la verdad, tal como leemos en poemas como HOSPITAL DE ANÓNIMOS, VALS NEGRO, TRIBU y, sobre todo, FECHADO EN AUSCHWITZ donde casi explícitamente se dice que el poeta, si no es el que sufre, al menos sí es el que se pone en la piel de los que sufren. La conducta autoexigente como “topos” del poeta. La ética como pulpa del poema estético para que “haya resplandor en los que sufren”. El poema como “razón de los olvidados” y la poesía, más que juego o proeza emanada del automatismo psíquico puro como pretendían Breton y los surrealistas históricos, que venga a ser de nuevo revelación deslumbrante ante lo más humano como nos enseñó Rimbaud (véase a tal efecto el poema ENIGMA y también EL VIEJO POETA); sustancia musical que ayuda al hombre a no ser, como reza el poema, EL HOMBRE DE GRIS; sí, el poeta sabiendo y haciendo saber que el poema es nuestra JAULA; que es EL OFICIO DE MIRAR.

Asimismo una voluntad de teorizar sobre la poesía, de definir lo indefinible, caracteriza este libro en el que Mestre vuelve a su razón de ser, a lo que le llevó un día a enamorarse para siempre de la poesía, para acabar concluyendo que lo mejor del mundo de la poesía es la poesía misma como lo más sustantivo de la vida es la infancia (véase en este punto el poema CABALLO DE PIEDRA). Pero, creo, la más preclara composición metapoética de este libro que escenifica y comunica el proceso de la inspiración al modo en que los místicos describen sus arrobos y sus éxtasis, fue y es el magnético e hipnótico poema EL ARCA DE LOS DONES.

Lo demás, al margen de composiciones “arraigadas” recuperadas en este libro como RETRATO DE FAMILIA o VALLE DEL ALBA, es explicar la vida como un más allá del racionalismo, como la necesidad de ir al encuentro con los sueños y el espíritu mágico de todo, así como con las fuerzas aparentemente invisibles y decididamente incomprensibles que son nuestra inercia, y así lo sugieren a su modo poemas como MAX ERNST, EL PODER DEL VIENTO, EL SONIDO DE LA DEMENCIA, y por ahí todo seguido.

Sí, la poesía para Juan Carlos Mestre ha de ser densa para decir lo menos decible porque “la oscuridad está llena de invocaciones” (se necesita, escribió T.S. Elliot como refiriéndose a Mestre, un más allá de las palabras, pero expresado a través de las palabras mismas, para que el poeta pueda preguntarse perdurablemente por el poder del hombre de ser en plenitud). Pero, detrás de esa densidad, de esa oscuridad, hay también a mi juicio una voluntad neoplatónica de regreso a la esencia de las cosas, un regreso que sólo es posible mediante lo que el propio Platón denominó “la palabra impugnada” –en esta poesía buscadora de ese envés de la evidencia que es la esencia subyace en efecto la idea neoplatónica de que todo lo que puede ser clasificado científicamente en conceptos carece de esencia-; la palabra que amplia su ámbito y sus posibilidades para servir de puente de comunicación del hombre confrontado con esa súbita descarga de emociones alusivas que es la belleza (nos lo enseñó Hölderlin en el HIPERION antes de su locura sin regreso: a veces el lenguaje poético se reconcentra en sí mismo no para dificultar el acceso a su tesoro, sino para tratar de ayudar al lector a recorrer, no sólo un segmento, sino todo el ámbito del misterio que supone vivir).

Oh, el resultado de agitar en una coctelera intelectual para iniciados la cábala, la mística, el Barroco, Rimbaud, las vanguardias históricas principalmente francesas, el surrealismo y demás itsmos, el arte abstracto, Freud, Marx y sobre todo Lacan, Paul Celan, Octavio Paz, y, en nuestra tradición más reciente, Larrea, Huidobro, Aleixandre, los dibujos de Lorca y los ángeles de Alberti, Gamoneda, Valente, Rafael Pérez Estrada y Manuel Álvarez Ortega, son los poemas oscuros como un pozo con el fondo repleto de diamantes, los poemas cifrados como enredaderas con una flor oculta en cuyo interior se haya la pulpa del sentido, del último Mestre.

Buen ejemplo es LA POESÍA HA CAÍDO EN DESGRACIA.

Adentrándonos pues, permítanme añadir, en la lectura de este revisado libro advertiremos que, a pesar de la tensión casi mística de su lenguaje, Juan Carlos Mestre nunca se aparta de la visión autónoma del espíritu hegeliano y sus ramigficaciones hacia la izquierda que protagonizan el pensamiento poético del siglo XX y XXI. Pero, bien mirado, en LA VISITA DE SAFO había ya una voluntad de convertir la poesía en espejo de un cosmos universal que quería quedar resumido en la cultura y en la mitología privada devenida de ésta, y luego en ANTÍFONA DEL OTOÑO EN EL VALLE DEL BIERZO se acercó aún más al espiritualismo panteísta marcado, al modo de Goethe, por la visión sublimada y nostálgica de la Naturaleza hasta llegar a convertir la poesía en un espejo del paisaje y de la propia naturaleza en el cual el absoluto parece salir al encuentro del espíritu interior del poeta.

Tras ese libro y ese regreso al espacio primigenio el espíritu cósmico del poeta pasará a ser interior, y por eso su lenguaje se situará ya definitivamente más allá del “logos” en LA POESÍA HA CAÍDO EN DESGRACIA: el cosmos universal que anteriormente quedaba resumido en la cultura o el paisaje pasa ahora a ser prometeico; a convertirse en un universal interior dominado por la fuerza cósmica experimental y creativa del artista comprometido que denuncia que, en esta era en la que reina la subjetividad, ya lo universal no se piensa como cosmos: por eso la poesía ha caído en desgracia.

En fin.


Lectura de Carta blanca, de Rafael Saravia, en Sevilla


El próximo 20 de mayo, Rafael Saravia participa en el ciclo Letras Capitales, organizado por el Centro Andaluz de las Letras, en Sevilla, con una lectura de su libro de poemas Carta blanca. El acto estará presentado por David Eloy Rodríguez.

Día: martes, 20 de mayo de 2014
Hora: 20:00
Lugar: Biblioteca Pública Provincial Infanta Elena
Av. de María Luisa, 8, 41013 Sevilla

Más información 

Lectura de Pobreza, por Víktor Gómez, en Sevilla


El próximo 16 de mayo, Víktor Gómez estará en la librería La Fuga, de Sevilla, para realizar una lectura de su último libro, Pobreza, acompañado por Olga Muñoz. Será a las 21:00 horas, y el acto estará presentado por Juan Antonio Bermúdez.

Día: 16 de mayo.
Hora: A partir de las 21:00 horas.
Lugar: Librería La Fuga.
Calle Conde de Torrejón, 4, 41003 Sevilla.

Concha García estará dando una conferencia en la Universidad de Córdoba


Concha García estará este jueves 15 de mayo en la Universidad de Córdoba para llevar a cabo la conferencia "Escribir sobre la huella". Será a las 19:00 horas, en el salón mudéjar del Rectorado, y está organizada por la Cátedra Leonor de Guzmán de Estudios de las Mujeres.

Día: 15/05/2014.
Hora: 19:00 horas.
Lugar: Salón Mudéjar del Rectorado de la Universidad de Córdoba.
Avd. Medina Azahara, n. 5, 14071.

Reseña: La poesía ha caído en desgracia, de Juan Carlos Mestre, en Pura Tura

De la poesía de Juan Carlos Mestre
Por Miguel Ángel Lama
Pura Tura, 5/05/2014


«Esta palabra no ha sido pronunciada contra los dioses, esta palabra y la sombra de esta palabra han sido pronunciadas ante el vacío, para una multitud que no existe». Es el comienzo del poema «Elogio de la palabra», de un libro memorable de Juan Carlos Mestre, importante en su trayectoria, con el que logró el Premio Jaime Gil de Biedma en su segunda edición. Lo ha reeditado Emilio Torné en su sello Calambur Editorial. Es La poesía ha caído en desgracia («La poesía ha caído en desgracia y las salamandras azules del mediodía entran en la ruina de sus vasijas ceremoniales con los ojosdesorbitados por el sol de la muerte»), publicado por Visor en 1992. Lo he releído. Aunque, verdaderamente, lo que he hecho ha sido una lectura ex novo de un texto distinto; al menos, de una obra distinta, que incorpora poemas que no estaban en la primera edición, poemas de Las páginas del fuego, una rareza bibliográfica que yo no conozco y que se publicó en Chile, en Concepción, en Ediciones Letra Nueva, en 1987. Además, hay un buen número de poemas nuevos, más recientes, y un par de los ya publicados en la primera edición ahora cambia de sitio —«El Sur, 11 de septiembre» y «Las páginas del fuego». Qué extraordinaria coincidencia la publicación de esta novedad poética que nos muestra algo que tanto me interesa: la revisión de un autor sobre su propia obra. Coincidencia, sí, porque no hace mucho, hace unos meses, tuve el gusto de dirigir un trabajo de fin de máster sobre «La (re)escritura poética de Juan Carlos Mestre». Lo escribió Ana Isabel Bejarano, una exalumna paisana de mi amigo Ángel Campos Pámpano que obtuvo una excelente calificación por su estudio. La animo a que escriba algo, un artículo, sobre aquello, y, la verdad, el mismísimo Mestre ahora le ofrece un testimonio más del objeto de su futuro ensayo. Sería muy interesante conocer el dossier genético que interesa para la composición de esta obra. Y de todas, diría. Y cómo Juan Carlos Mestre, al remirar su libro La poesía ha caído en desgracia ha mantenido la apertura y el cierre, los dos poemas citados —«Elogio de la palabra» y «La poesía ha caído en desgracia»—, como el que, manteniendo el título original, no quiere alterar mucho el aspecto externo de su obra; y que, sin embargo, incorpora entremezclados cincuenta y siete textos nuevos que se suman a los cincuenta y nueve que tenía la primera versión. Hay más detalles; pero no es el momento de abordar aquí el proceso de relectura del poeta para componer, veintidós años después, un libro nuevo.