miércoles, 24 de noviembre de 2010

Reseña de Un único día, de Jesús Hilario Tundidor, en la revista Mercurio

Revista Mercurio, n.º 125, noviembre de 2010

La casa del ser
Por Javier Lostalé

La lectura de la obra poética de Jesús Hilario Tundidor, alumbrada entre 1960 y 2008 y reunida en dos volúmenes bajo el título de Un único día por la editorial Calambur, nos abre una vía de conocimiento de nuestra propia existencia mediante poemas desveladores de la médula de lo real, en los que la indagación se asienta tanto en un acto de la inteligencia como en el impulso del corazón. Poemas con las huellas de la historia más reciente, también del transcurrir cotidiano, pero con una aspiración de eternidad, de permanencia, por reflejar el destino humano, a la que sirve un lenguaje que —como preconizaba Heidegger— es “la casa del ser”. Dentro de la palabra tornada conciencia se construye en la obra de Tundidor todo lo vivo, lo que en alma respira, el cuerpo de la verdad y de la duda, la tensión de lo bello. Construcción siempre apasionada con cimientos sociales, culturales, populares y una importante dosis de irracionalismo, sin olvidarnos del carácter igualmente constitutivo que posee la Naturaleza al existir una transfusión sanguínea entre ella y su contemplador.

La lectura de la poesía del escritor zamorano nos implica en la hermosa y responsable tarea de buscar la inmortalidad desde el estremecimiento producido por nuestra fragilidad, que no se queda en aventura solitaria, sino que siempre cuenta con el otro, pues hay en su obra una cálida transpiración solidaria. Y en la lucha dialéctica con el tiempo son nuestros interlocutores, a través del poeta, filósofos como Heráclito y Kierkegaard; escritores como Baudelaire, Eliot y Claudio Rodríguez; o músicos como su dios Mozart.


El título elegido por el autor para acoger su poesía reunida, Un único día, manifiesta hasta qué punto la creación poética es un “único día” al que ha de entregarse en plenitud, en el que se encarna la existencia toda, con el compromiso vital y esponsabilidad que esto comporta. Actitud que el lector, cada uno de nosotros, incorpora a su propia vida transformándola en un deseo de ser en cada momento más allá de lo accidental. Deseo que se irá haciendo realidad mientras nos relacionemos con los once libros y el poema inédito “Holocausto de los huracanes” que albergan los dos volúmenes. El primero, Borracho en los propileos, incluye, tras un transparente prólogo de Natalia Carbajosa y una introducción del propio poeta en la que dice que “esta Obra es un desafío a la vez que una necesidad”, el poema inaugural que da título al primer tomo, donde se sintetiza toda esta primera parte que abarca desde 1960 hasta 1978.Inspirado en El Banquete, de Platón, en él Sócrates asciende en busca del conocimiento, de lo esencial. Esencialidad presente siempre en la poesía de Jesús Hilario Tundidor cualesquiera que sean sus tonos, lo que podemos comprobar en los poemarios recogidos en este primer volumen, entre los que se encuentran “Junto a mi silencio”, “Las hoces y los días”, “Pasiono y Tetraedro”. El segundo volumen intitulado “Repaso de un tiempo inmóvil” reúne libros publicados entre 1980 y 2008,con títulos tan significativos, además del que da nombre al conjunto, como Construcción de la rosa, Tejedora del azar y Las llaves del reino, a los que hay que sumar el ya citado poema inédito “Holocausto de los huracanes”. Quedan fuera Mausoleo y Fue que, con otro poemario en proceso de gestación, formarán una trilogía. Entretanto la lectura de la obra reunida de Tundidor nos hará sentir el lenguaje como un hecho antropológico y escuchar el pulso de la más honda escritura.


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